Reconozco que soy optimista por naturaleza, al menos sin duda alguna esa es mi manera de ser hincha de fútbol. Suelo minimizar lo malo y magnificar lo bueno, y tengo la convicción de que a Lanús siempre le va a ir muy bien por una cuestión de lógica pura. Pienso: River no pagó aún los premios del ascenso a sus jugadores, Independiente se va al descenso sin remedio, a Boca lo preside Riquelme. ¿Porque no pensar que Lanús los puede pasar por arriba y quedarse con este campeonato de punta a punta? Es tan enorme la diferencia de organización, de rumbo económico establecido, de aplicación creativa y eficiente de los recursos, que hace imposible pensar que en medio de las difíciles situaciones que viven muchos de los clubes puedan encontrar buen desenlace deportivo en el corto plazo. Soy muy optimista, y aún más lo soy después de observar como Lanús derrotó a Colón por
Romero, Ayala y Regueiro festejan el gran gol del paraguayo. |
Siempre desde el
optimismo, me permito chequear todos y cada uno de los posibles atenuantes. Pienso,
por ejemplo, que Colón puede estar bajo en el aspecto físico, algún error en la
preparación de la temporada, que tal vez llegaron duros, como llegó Lanús el
torneo pasado, cuando nos ganaron ellos, y después Newell’s, al arranque del
Inicial no habíamos llegado bien en lo futbolístico. Si embargo en la cancha,
en aquellas dos inesperadas derrotas nuestros jugadores pelearon cada pelota a
muerte, y en ambos partidos bien pudieron haber revertido el destino de
derrota. En cambio ayer Colon fue superado de punta a punta por Lanús, que del
primero al último minuto de partido dispuso de dominio del balón, de tiempo
para pasarlo, de pelota jugada al pie, de pie capaz de dominar pelotas mal
jugadas, dueño de las divididas y generador del doble de las situaciones de gol
que convirtió, el Grana se despachó con cuatro
hermosas conquistas en base a precisión, velocidad, ingenio y variantes de
pase, con la buena puntada final de cuatro de nuestros hombres de ataque, Ayala,
Romero, Blanco y Regueiro -la gran figura de la cancha- marcando sendos goles.
Colón de Santa
Fe terminó el Inicial con 26 puntos, producto de seis victorias y ocho empates,
con cinco reveses. En ese Torneo, había arrancado en punta. Conoció la derrota
en la 6ª fecha en cancha de San Lorenzo, volvió a perder en la 8ª contra
Newell’s en el Cementerio, y se volvió a
vestir de candidato para golear al que sería Campeón en Liniers por 4 a 2. Por entonces mucho se
hablaba del futuro de sus pibes, el habilidoso Mugni, enseguida convocado a la Selección , el veloz
Curuchet, el colorado Caire, y el hijo del gobernador Uribarri, el pibe
Uribarri Luego de vapulear a Vélez,
cuando parecía que este torneo ¡Por fin! iba ser el suyo, pierde en Santa Fe
con Racing, que además lo supera en la lucha por la punta. Finalmente resultó
un equipo desmedido: Marcó 26 goles, le hicieron 24.
Colón también es
un club aceptablemente ordenado en lo financiero, los jugadores cobran buenos
contratos y al día. A Sensini no le faltó ninguno de ellos de cara al debut,
aunque sí le faltó el refuerzo que llegaba para darle un salto de categoría y
temperamento a un equipo que de tan irregular y poco confiable terminó siendo
tibio. Pero ordenar la economía no es ordenar el club, eso es algo más
complejo, porque sucedió que después de ensayar en los últimos amistosos con
Mauricio Romero de titular en línea de tres, a pocos días del debut, alguien
avisó que el Pampa estaba inhabilitado por una expulsión sufrida vistiendo los
colores del Morelia. El papelón produjo además un zafarrancho en la cabeza de
Sensini cuando se enteró que Lanús iba con tres delanteros. Cambio obligado de
partituras a horas de tocar, línea de cuatro y desconcierto de todos mediante, Colón
se comió un baile de esos verdaderamente infrecuentes en este medio, donde
ganar es difícil pero cualquiera le gana a todos y todos a su vez le ganan a
cualquiera, siempre ajustadito, siempre marcando pocos goles. Lanús le metió
cuatro casi sin esfuerzo, celebrando las ventajas que le dio el rival, un
equipo que entregó una actuación de las que ponen al técnico en la mira. Si
después de trabajar con tranquilidad en el receso, sin conventillos y sin bajas
en el plantel, este es el resultado, mmm, muy mala señal…
Si algo
mostraron la mayoría de los equipos en el debut es un preocupante desorden
defensivo. El mismo Boca, también River, Racing y hasta el afortunadísimo último
campeón Vélez carecen de solidez en el fondo. Y equipo que no defiende bien no
puede jugar bien, porque la pelota nunca llega limpia si no hay confianza en la
cesión ni tiempo y espacio para la recepción. En cambio Lanús fue sólido y
poderoso porque logró consolidar una de las mejores defensas de la Argentina , con uno de
los arqueros top, Agustín Marchesín, que ayer no fue prácticamente atacado, no
obstante lo poco que ofreció el rival, los cuatro del fondo fueron grandes
figuras, cada uno en lo suyo, algunos anticipando y entregando la pelota con
criterio, otros directamente desequilibrando por las bandas en campo contrario.
Como de entrada
Lanús salió con tres delanteros bien definidos, Colón no podía proyectar
laterales porque ninguno estaba libre, por eso los volantes visitantes carecían
de descarga por afuera y perdían con la marca de Pizarro, el Pulpito González
-de auspicio debut- y del paraguayo Ayala, los tres muy dispuestos y metidos en
el partido . Recupero y desborde de Regueiro, toque y velocidad en el medio, pase
al pie y al vació, tiro libre en el madero, Lanús convirtió cuatro hermosos
goles, jugadas que terminaban como empezaban, con pelotas cedidas con precisión
sorprendente, ya sea parado en campo contrario o esperando más atrás, como en
el segundo tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario