Walter Gastón Coyette, campeón con Lanús de la Copa Conmebol , cree que "tenía todo" para triunfar en el fútbol, pero le faltó "suerte para estar en el momento justo y en el lugar indicado". La historia del volante que pintaba mejor que el Caño Ibagaza, se retiró en el Ascenso y hoy dirige las Infantiles del Granate.
Hace un par de años, en una
entrevista íntima, Walter Gastón Coyette expuso una teoría poco feliz acerca
de su particular trayectoria. “Muchas veces pienso por qué no tuve una carrera
más exitosa, por qué no me tocó, y quizás haya nacido en el tiempo equivocado, no sé”, confesó el ex
volante de Lanús, un poco broma y otro poco en serio. Hablaba de la gran expectativa
que había despertado su aparición en el Granate, allá por agosto de 1994, de su espectacular
participación en la Copa del Mundo Sub 20 obtenida en Qatar, y también, claro, de los grandes jugadores que tenía por delante y de sus dificultades para consolidarse en el fútbol grande.
Coyette trabajó como ayudante de campo de Diego Cocca. |
El Bandido fue, en su época, el juvenil con mayor proyección dentro
de un plantel repleto de futbolistas consagrados. Creció a la sombra de Oscar Mena,
Hugo Morales, Claudio Enría, Gonzalo Belloso y Ariel López,
entre otros. También de Ariel Ibagaza, su amigo, con quien compartió las
Inferiores, la Selección Juvenil y obtuvo la Copa Conmebol de 1996. Sin
embargo, el
Caño duró sólo cuatro temporadas en la Argentina y luego triunfó en
Europa. Y él, considerado el más talentoso de los dos, tuvo un
paso muy fugaz por el Leganés de España y, pese a sus muy buenas condiciones, paseó
por varios clubes chicos del país y del Ascenso.
“Se decía que yo era mejor que Ariel, pero a él
le fue mejor. Son cosas que tiene esta profesión. A veces hay que tener esa
cuotita de suerte para estar en el lugar justo y en el momento indicado. Tuve
la posibilidad de jugar en Europa, pero sufrí una lesión y me tocó regresar. Yo,
igual, estoy contento con lo que he hecho, más allá de que todo el mundo me
diga que pude haber dado más. Es lo que me tocó, y estoy agradecido. Yo tenía todo para hacer una carrera excepcional, pero no logré dar ese salto de calidad.
No porque no quise, si no porque no pude. Y eso te hace sentir un poco en
deuda”, contó el nacido en Avellaneda, hace 37 años, en Corazón Granate (AM 1140).
El Bandido jugó 113 partidos en el Granate y marcó siete goles. |
De todos modos, cuando las papas quemaban, Gastón apareció. Fue importante en las últimas fechas del Clausura 2002, el torneo en el que Lanús logró zafar del descenso directo y acceder a la Promoción ante Huracán de Tres Arroyos. Y en la serie ante el Globo aportó toda su técnica y su experiencia para dejar al Granate en Primera. "Salvarnos fue una alegría enorme. El primer partido, en cancha de Platense, había sido muy difícil. De hecho, pudimos revertir el resultado sobre el final. Y en el segundo salieron mejor las cosas. El club no debía estar ahí, nunca tenía que haber estado en esa situación. Igualmente, las cosas siguieron mal por un tiempito. Recuerdo que el Profe Córdoba se fue enseguida, hubo muchos jugadores que se fueron, otros que volvieron. No era la institución que es ahora ni cuando habíamos ganado la Conmbebol", comparó el ex Argentinos, Unión, Deportivo Quito, Juventud Antoniana, Huracán, Quilmes y Chacarita.
A propósito, Coyette considera que el título alzado en Bogotá fue una de las alegrías más grandes de su vida: "Era un torneo que jugábamos los que éramos suplentes en el torneo local, porque en ese momento teníamos un equipazo y peleábamos campeonato y Copa. Y yo me destaqué bastante: jugué mucho e hice varios goles. Era muy joven y ya había participado en la obtención de un título internacional para el club. Fue una satisfacción increíble, como la de 2007. En ese caso me tocó vivirlo como un hincha más. Lanús es mi casa, mi club, y siempre quiero que le vaya bien".
Escuchá toda la nota a Gastón Coyette:
Foto: Grana Deportivo.
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