El 5 de marzo de 1942, hace exactamente 71 años, nacía Ángel Manuel Silva, uno de los más grandes ídolos de la historia de nuestra institución. En homenaje a su inolvidable figura, Corazón Granate reproduce la nota publicada el 22 de septiembre de 2012.
Como ocurre en toda historia de amor, el
romance eterno entre el hincha y sus colores es una sucesión de grandes y
pequeños recuerdos, algunos muy felices, otros desgarradores. Las primeras
imágenes que recuerdo de Lanús datan de 1964 y fueron multitudinarias y
festivas. Yo desconocía el significado de la palabra gloria pero comprendía que
se trataba de eso que estaba presenciando de la mano de mi viejo. Click: La vuelta olímpica en cancha de
Huracán. Click: El Nene Guidi en andas. Click: Las fotos de Silva y Acosta en
los diarios y revistas, la media cuadra hasta mi casa sobre los hombros de mi
viejo y un cucurucho de papel de diario lleno de maníes calentitos. La primera
división, la fama de Los Albañiles, el respeto de los rivales. ¡Qué orgullosos
estábamos los hinchas de Lanús por entonces! Aquella época de alegría me duró
menos que el acné. Pena por el descenso en 1970. Alegría por el ascenso
inmediato del 71. Dolor por el inmediato retorno a la “B” en el 72. En el 73 no
estuvimos ni cerca de volver, en el 74 nos eliminó Estudiantes de Buenos Aires
en cancha de Atlanta...
Lanús 1968: Minitti, Cabrero, Silva, Acosta y De Mario |
Corría el año 1975. Aquella tarde, en
cancha de Huracán, cuando todo estaba dado para ascender a primera, fui uno de
los quince mil granates perplejos que vieron festejar a los quinientos hinchas
de San Telmo presentes. Pero eso no fue lo peor. Lo que me partió el corazón
fue ver desde cerca los despiadados insultos de muchos granates a Manolo Silva,
mi ídolo de la infancia, aquel al que invariablemente solía jugar a ser. Manolo
se había perdido varios goles cantados. Recuerdo su cara de dolor y de humillación,
lo vi de cerca, pegado al alambrado, detrás del arco que da a la avenida Vélez
Sarsfield. Lo vi sufrir ante cada situación desperdiciada y ante cada insulto
recibido. Llorando lo vi llorar al finalizar el encuentro que ganó San Telmo
por 1 a 0. Ángel Manuel Silva, que ese día jugó su último partido, se
encaminaba a los vestuarios despedido de la peor manera, mientras aquel pibe
que fui jugando a ser él dejaba atrás la niñez viéndolo retirarse vencido y
reprobado por sus propios hinchas.
Sin embargo, la aparición en 2012 del
primer libro de Néstor Daniel Bova “96 años de Fútbol Granate” -indispensable,
necesario, hay que tenerlo siempre a mano- me entregó algunas precisiones
reveladores sobre aquel suceso. En mi memoria no había dudas que de Los Albañiles,
Silva era el que jugaba y Acosta el que la metía. Reforzaba esa idea el hecho
que el paraguayo se había consagrado goleador del Campeonato Metropolitano de
Primera División de 1967, por entonces toda una hazaña para un jugador de
cuadro chico. Antes de partir rumbo al Sevilla, el Baby Acosta jugó 177
partidos y convirtió 90 goles, ocupando la segunda posición hasta esa fecha en
la tabla histórica de artilleros Granates.
Para mi sorpresa, Manolo Silva se retiró ocupando el tercer lugar, con
87 conquistas aunque con 252 partidos. Gracias al trabajo de Bova pude revivir
aquellas jornadas doradas de “Los Albañiles” que se habían perdido en mi
memoria; el ascenso a Primera del 64, el 7 a 2 en Quilmes del Metro 67, el 7 a
1 a Chacarita que a la postre sería campeón del Metro 69 y aquel 4 a 1 con
baile al Racing de José del Metro 70, con Manolo jugando uno de los mejores
partidos de su vida. En siete oportunidades vistió la camiseta de la Selección
Argentina, marcando un gol en la histórica victoria obtenida en Belo Horizonte
ante Brasil por 3 a 2.
Ángel Manuel Silva, después de triunfar
en Newell`s entre el 71 y el 73, luego
de un paso sin brillo por Banfield en el 74, volvía a Lanús en el 75, aunque
demasiado golpeado. Durante el extenuante torneo de ascenso fue el más
respetado por todos los rivales, figura y referente de un equipo que tenía como
destino ser campeón, y en la derrota cargó sobre sus hombros con toda la bronca
de sus hinchas. Y otra vez el libro de Bova y el dato revelador: En aquel
torneo, Silva fue el máximo anotador del equipo con 18 goles, y estuvo en
cancha en 35 de los 43 partidos que jugó Lanús, que terminó recibiendo una de
las más inesperadas derrotas de su historia ante San Telmo. Y otra sorpresa: El
Ángel que en mi memoria se retiraba viejo y vencido, apenas tenía la edad de
Cristo: 33 años. ¿Tan mal había jugado ese partido? ¿Tanto como para gritarle
"¡Vendido!" como para putearlo con odio, como para chiflarlo sin
compasión?
Caminar por el Polideportivo un día de
semana es tropezarse con nuestra historia. Es comparar aquellos terrenos
imperfectos donde la hacíamos rodar como podíamos con el césped sintético de
las canchas construidas en ese mismo lugar. Es quitar de la vista lo mucho
construido para encontrarse con aquella inmensidad regada de tuercas y
tornillos que fuera tan nuestra y que tanto se parecía a la felicidad. Y en
estas canchas donde hoy miles de pibes se prueban con la misma ilusión que
alguna vez todos tuvimos, se puede ver a recordados futbolistas granates de
distintas épocas, como Ramón Cabrero,
Gilmar Villagrán, Julián Kmet, y el Turco Salomón, entre varios
otros, entregados a la tarea de formar a
esos privilegiados que logran el honor de vestir la casaca más bella.
Me encuentro de manera casual con José
Luís Lodico, técnico del Fútbol Infantil y arquetipo del vecino-jugador-hincha,
algo que ya casi no existe, un extracto perfecto de nuestra identidad futbolera
y protagonista de aquel partido que marcó mi existencia hasta generar esta
nota. Lodico sabe el fin de la historia: “Manolo llegó al vestuario llorando,
decía que había sido su culpa. Todos sabíamos que no podía correr, lo
infiltraron y lo mandaron a la cancha
por lo que significaba su figura, sobre todo para los jugadores de los
rivales más humildes. Pero no debió haber jugado, accedió porque todos, el
técnico, los dirigentes y nosotros, sus compañeros, se lo pedimos por la
importancia que tenía tanto para el equipo como para los rivales, que antes de
los partidos le pedían sacarse una foto con él, y no se pudo negar. Fue
terrible, se perdió goles hechos ¡Ni patear podía, pobre Manolo! Le quedó el
sabor amargo de una despedida que no merecía, y como estaba convencido que
había sido su culpa, estoy seguro que lo lamentó hasta su muerte”, me dice un
nostálgico Pino Lodico aferrando la mano de su nieto, que pugna por escaparse.
Ángel Manuel Silva murió a los 61 años jugando
al fútbol en el potrero. No tuvo perdón ni revancha ni homenaje, pero su
talento, la estampa de crack desgarbado, el jopo rebelde y los números de su
trayectoria, que sumados al paso del tiempo y a sufrimientos peores que
vendrían, finalmente le devolvieron el merecido reconocimiento y hasta los
mismos hinchas que entonces lo putearon, luego le otorgaron el sitial destacado
que siempre debió ocupar en el podio de los que forjaron parte de la historia
del club Lanús, y con su entrega y su talento le sacaron brillo hasta volverse
inmortales.
marcelocalvente@gmail.com
Muy linda y emotiva nota...Te felicito...me hiciste remontar a la época en que iba a la cancha con mi viejo (quien hoy ya no está). De chico también lo tenia a Manolo como ídolo. Pienso que Nuestro Querido Club LANUS tendria que convocar a los familiares de Silva y entregarles un presente en algún entretiempo para brindarle el merecido reconocimiento (si bien algo tarde) a quien dejó todo su talento con nuestra hermosa camiseta....Abrazo. Sergio...
ResponderEliminarrecuerdo bien ese partido, Marcelo..Ramirez fue nuestro verdugo..Y en la tribuna èramos pocos los que sabìamos que Manolo estaba desgarrado y que apenas podìa correr. De todos modos no merecimos perder... Me depongo en ese pensamiento.. Ya fue, dirian los pibes.
ResponderEliminarhola mi nombre es joel silva y soy nieto de manolo o como yo le decia "abuelo chiche" me encanta leer notas que lo describen cuando estaba en su epoca de futbol, ya que yo no existia todavia. hoy todavia nunca pude ver un partido de el solo fotos y recortes de diarios que mi abuelo junto. en fin si alguien sabe de algun video se lo agradeceria de corazón. joelsilva10 hotmail.com . gracias, siempre lo extrañamos!
ResponderEliminarHabría que pedirle a Gonzalo Bonadeo que seguro tiene alguna filmación de es época , Calvente , tenés forma de contactarlo a Gonzalo.? - Jose Néstor Ruiz
EliminarJoel: Gracias por tu comentario, lástima que esta historia que cuento narra su retiro sin gloria, pero quiero que sepas que es cierto que mis primeras imágenes de Lanús en la cancha de la mano de mi viejo y de mis tíos jugadores fue el asenso de 1964, y hoy tengo más de cuarenta años de socio. Tu abuelo fue un jugador genial, su talento y su andar particular lo distinguieron como un jugador único, más que distinto. Su recuerdo va a estar ligado por siempre a la historia de Lanús, el club que está protagonizando el milagro más grande del fútbol argentino sin bajar las banderas que valores de la talla de tu abuelo nos legaron. Te mando un abrazo granate y acercate sentimentalmente al Club Lanús, adoptá estos colores, vas a estar más cerca todavía de tu abuelo. Marcelo Calvente
ResponderEliminarJoel tu abuelo fue un Gran Idolo de Lanus , si hasta llego a jugar algun partido en la seleccion y era muy famoso por los albaniles , cualquier tipo de mi edad , 60 , sea del cuadro que sea recuerda a los albaniles de Lanus. Saludo para vos y tu flia .Al Club Lanus que se ponga en contacto con Joel y en un entretiempo que le entreguen una plaqueta en homenaje al Gran MANOLO SILVA . Jose Nestor Ruiz
ResponderEliminarHola paradojicamente mi nombre es Monica Silva, orgullosamente hincha d Lanus desde siempre y logre vestir esos colores jugando al basquet en el club durante mas d 12 años, se siente maravilloso tener la camiseta puesta. Agradezco ts notas, ts reflexiones, la respuesta dl nieto d manolo silva y su recuerdo. Creo q hincha arg es excitista y punto x eso ese desagradecimiento hacia el idolo. Lodico q ejemplo, q jugador, q caballero y q capitan dentro d la cancha, hermoso recuerdo. Gracias
ResponderEliminarMarcelo,
ResponderEliminarfelicitaciones por la nota y el recuerdo, muy bueno. Creo que el comentario de Mónica es la síntesis de como vivimos el FUTBOL TRIUNFALISTA. Me encanta ver a Lodico, de chico lo vi jugar en la cancha y era un lujo con la 5, como lo fue también Cabrero.
Los triunfos son consecuencia de un todo, si no hay amor, institución, manos limpias, es dificil tener club. Hoy creo en Lanús renacen esos valores y por eso se lo respeta en el país. Yo vivo en Los Molles, San Luis y me siento orgulloso de que mi abuelo me haya hecho sentir la emoción de ser hincha de Lanús. El club es como un país chico y construirlo como hace años lo están haciendo las distintas comisiones directivas es algo para resaltar y estimular su continuación.
Un abrazo grante desde Los Molles para todos quienes lean este blog. Gracias. Dario Massimilla