Pretender que el nuevo
escenario de la violencia en el fútbol tenga que ver con el fútbol,
con la pasión y el folklore que disfrutamos los que amamos a una
divisa en este deporte maravilloso, es como pretender que
Caperucita se termine comiendo al Lobo. Un cuento infantil, un relato imposible. Pretender
que el delito generalizado en torno a los clubes de fútbol es un
episodio de lo que solemos llamar “La Violencia en el Fútbol”,
todo un rótulo que significa que muertos por avalanchas, por balas
policiales, por vestir una camiseta en terreno “enemigo” e
incluso aquellos que han muerto en enfrentamientos entre hinchadas
antagónicas, todos estos y otros muertos, están incluidos en tan
amplio marco descriptivo. La muerte siempre estuvo cerca del
fútbol. Pero lo que está pasando hoy no. Porque lo que está
pasando hoy en todos los clubes argentinos con sus hinchadas poco
tiene que ver con lo que pasaba en los tiempos inaugurales de la
barrabravización, a fines de los setenta, en
tiempos de D'angelo al frente del Club Lanús, que los piloteaba como
una maestra jardinera a sus pollitos. Ni cuando le tocó a González,
a Néstor Díaz Pérez, a Pichi Solito, a Chebel, y hasta a Maron y Russo, ya en este siglo y en pleno desmadre, todos ellos pudieron contenerlos por su valentía para poner
los límites y su amor a la institución. Gracias a ellos Lanús está donde está. Así están los otros clubes. El delito que se está cometiendo con ellos no es nuevo, y se llama extorsión. Un delito del ámbito
penal. Nada que ver con los doce pasos.
El edificio de la calle Viamonte, mucho más que una sede. |
Oneroso manto la palabra
fútbol. Uno viene señalando públicamente que no se puede ir más a
la cancha de visitante. La policía te maltrata, te emboscan los
hinchas rivales, trapitos integrantes de la barra anfitriona te sacan
plata para no romperte el auto, ni se te ocurra subir a un tren con
la camiseta de tus amores si en ese tren van enamorados de otra
casaca. Y cuando llegas a la tribuna te encontrás con que te han el peor
rincón, que te han dado menos espacio y te hacinan, mientras sobra lugar en el resto del estadio. Todo en el marco
general de tragedia latente que se vive en la mayoría de la canchas
argentinas. Y cuando lo comentás en voz alta te tiran con la
camiseta: “¿Sos un amargo, cómo no vas a ir de visitante? ¡Yo
no puedo no ir a ver a Lanús! ¿Cómo vas a preferir verlo por
televisión?” te dicen, incluso amigos que quiero y respeto,
amigos queridos que cada quince días agarran a su mujer e hijos de
la mano, todos vestidos de granate, toman un tren y un bondi para ir
a la cancha de Quilmes, por citar un ejemplo, un lunes lluvioso por
la noche, en pleno invierno. ¿En serio no estamos todos locos? ¿De
verdad pretenden hacernos creer que la comisión directiva de la
AFA, integrada por los dirigentes que en su gran mayoría están
siendo extorsionados por un grupo de gente que asesina sin pudor, lo
han demostrado, tomen en conjunto la decisión de impedir el ingreso
a sus respectivos estadios a los extorsionadores de sus colegas,
gente que mata. MATA. MATA? ¿Se
entiende?
Caperucita y el Lobo Feroz. |
Pero
hay cosas que de verdad no se entienden. Cosas que tienen que ver con la
alta política. Soy un tipo agradecido de que el fútbol sea para
todos, y tengo que confesarlo, trato de no comparar su costo con su
equivalente en comida, escuelas ni hospitales. No quiero saberlo.
Pero si me gustaría que esa inversión de todos decidida por algunos
redundara en un producto de primer nivel, incluso permitiendo y fomentando
el ingreso de grandes anunciantes. ¿Como no sería un gran
espectáculo el fútbol argentino si no fuera por el desastre
organizativo en el que vive, inmerso en la violencia irreversible?
¿Porque los televidentes tenemos que soportar la participación
de relatores y comentaristas que los que no son directamente
ridículos, como mínimo, no están capacitados para su tarea, ya que
su inclusión se debe al pedido de un muchacho amigo, mientras
los que amamos el fútbol, para que no nos distraigan, preferimos
escuchar una radio a destiempo? Por suerte alguien les hizo saber que
lo de las dos familias de equipos antagónicos sentados amigablemente
a la mesa era impresentable, por suerte ya no lo hacen más. El
gobierno se decidió a pagar el costo de mantener un campeonato de
fútbol de nivel digno, y se limita a entregar ese dinero -tres
veces mayor- a la AFA para que lo reparta entre los clubes según lo
acordado previamente, como ha sido siempre. Tanto para ustedes seis,
tanto para ustedes cuatro, ustedes agarren ésta y que cada uno haga
lo que pueda. Varios clubes ya saben lo que algunos de sus socios
pueden llegar a hacer. Larga es la lista y todos están impunes. El
fútbol es otra cosa. Abran los ojos, periodistas alineados con uno y otro parecer político, esto está
muy infiltrado, se utilizan muchos policías, eso nunca es
bueno, hay probada connivencia, hay tipos que matan que viven
entrando y saliendo de las presidencias de los clubes. ¿El Gobierno
no entiende que compró una bomba de tiempo trágica y sangrienta con
la mecha prendida? ¿A nadie se le ocurre que hay que apagarla antes
de que sea demasiado tarde?
Está
claro que todo ocurre en el marco del fútbol, la publicidad oficial
de lenguaje escolar no alcanza a tapar las tremendas escenas que se
viven en directo a todo el país cada fin de semana. Pero no se
confundan ni nos quieran confundir, esto no es el fútbol, no son
simpatizantes fervorosos subidos al paravalancha, hablemos
adúltamente, es el delito organizado apoderándose del impresionante
negocio del fútbol, en bermudas y gorrita y al ritmo de cumbia.
¿Nadie lo dice..? A ver, chicos, presten atención: Se trata de un
lobo bruto y malvado. Está claro que no lo va a parar Caperucita,
mejor que venga el Oso Yogui y que traiga al Guardabosque. Pero que
no venga con los Pitufos, ya está demostrado que no sirven. Habría
que probar con Brigada “A” y a tomar la leche porque si no nos
apagan el televisor.
Marcelo Calvente
bien marcelo .pero de parte de la politica y de la presidencia lograron eso menos gente en la cancha y mas prendidos en la tele.de mi parte me sacaron el folclore del futbol sano q hace 40 años tenia .ir a la cancha era lo mas sagrado ahora la tele por miedo q te caguen a palos o te maten. un granabrazo
ResponderEliminarbien marcelo .pero de parte de la politica y de la presidencia lograron eso menos gente en la cancha y mas prendidos en la tele.de mi parte me sacaron el folclore del futbol sano q hace 40 años tenia .ir a la cancha era lo mas sagrado ahora la tele por miedo q te caguen a palos o te maten. un granabrazo
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