No se puede decir que Lanús haya
jugado mal, ni que la imagen dejada es inferior a la que se esperaba del
campeón de la
Sudamericana. Por el contrario, y pese a que el empate en
cero tiene gusto a poco, tanto desde lo colectivo, como principalmente desde el
aspecto individual, el Grana demostró ser un gran equipo como lo hizo en sus
últimas presentaciones. Es cierto que el elenco de Berizzo supo defenderse y
muy bien, y si bien se lo mentaba como un equipo ofensivo, no parece ser su
actuación merecedora de la crítica velada y fastidiosa del entrenador de Lanús
al cabo del encuentro. Su equipo estuvo
varias veces muy cerca de convertir, le faltó claridad en los últimos metros y
una pizca de fortuna. Y el rival, después de soportar el asedio granate durante
los primeros treinta, se supo acomodar mejor al partido y su arquero dejó de
ser probado y por lo tanto de dar rebotes. Y en el tramo final, cuando más lo
atacó Lanús, O’higgins también tuvo sus
posibilidades de contra, demostrando que siempre estuvo en partido.
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Guillermo, fastidioso con el planteo defensivo rival |
En el arranque pintaba para
trámite sencillo. Lanús enseguida lo acorraló y O’higgins la pasó mal, muy mal,
hasta más allá de los
15’.
Lanús pisaba el área chica del arquero Paulo Garcés, quien no daba seguridad.
Pero de a poco los chilenos se fueron acomodando. Primero tuvieron carácter
como para aguantar el vendaval a pie firme, y luego empezaron a mostrar algo de
lo que se hablaba de ellos. El excelente presente del ex Argentinos Jrs. Pablo
Hernández, jugando como antiguo enganche, el acompañamiento de César Fuentes
por la derecha, y la movilidad del argentino Pablo Calandria arriba, mas la
disposición de todos para pelear la pelota en todo terreno y circunstancia. A
medida que el tiempo fue transcurriendo el local se fue desordenando. Guillermo
metió un par de cambios indescifrables. Lautaro Acosta no salió a jugar el
segundo tiempo por una contractura –al menos hasta el estudio de mañana. En su
lugar, en vez de reemplazar su función con Pereyra Díaz mandó a Ismael Blanco,
suponemos que con la intención de que Velazquez y Ayala por un lado, y por el otro Araujo y Alejandro Silva, que
mostró buen manejo jugando casi como enlace por derecha, se encarguen de poner
la pelota en un área penal chilena superpoblada. El Pulpito y Somoza, de muy
buen partido hasta que se cansaron, bien parados en campo rival, más las
excursiones de Paolo Goltz, lejos, la figura de la cancha, Lanús le rodeó la
manzana durante todo el segundo tiempo y aún sin demasiada claridad, dispuso de
varias situaciones de gol. No pudo, e igual se fue aplaudido por su público
pese a lo inesperado del resultado. Con O’higgins queda la cuenta pendiente de
enfrentarlo en su estadio, y allí se verá si le resulta cómodo asumir la
iniciativa, y si lo logra, ver como hará para aguantar más abierto defensivamente
el poder de fuego de las respuestas granates.
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Cadena de oración granate por el músculo del Laucha |
La Copa Libertadores nunca fue un
lecho de rosas para el Grana, y el empate de anoche bien puede hacer pensar que tampoco le resultará sencillo esta vez sortear la primera fase, ya que la lógica indica que para ganar el grupo hay que vencer de local. Pero habiendo visto a sus tres rivales puede suponerse que si bien los tres son buenos equipos carecen de futbolistas de experiencia internacional, y sobre todo de delanteros capaces de marcar diferencias, lo que Lanús tiene y de sobra. Quedó demostrado con el buen trabajo de Santiago Silva, participativo y solidario como en sus mejores noches, con Junior Benítez alternando buenas y malas hasta que fue reemplazado, otra vez muy cerca del gol Ismael Blanco, más Pereyra Díaz que no ingresó, y el lesionado Melano que no fue de la partida, todos, cada uno en su momento, demostraron atributos como para ser titulares. Pero el as de espadas de Lanús es Lautaro Acosta, y sabemos que físicamente le está costando evitar las lesiones. Anoche no fue lo desequilibrante que suele ser, y en un pique corto de arranque similar a su último desgarro se frenó, y aunque no dio en el acto muestras de dolor, en el descanso se quedó en el vestuario. El kinesiólogo Javier Ríos hablo en
www.diariodelgrana.com.ar
y manifestó que se trata de una contractura, que como todos sabemos es la
antesala del desgarro que tan seguido viene acosando a Lautaro. Está dicho, Lanús
tiene seis grandes delanteros más la esperanza de Bruno Vides, pero Lautaro es
la carta ganadora. Los que sepan rezar, recen por la integridad de su músculo…
Todo está recién comenzado y
todavía hay mucho por jugar. Y Lanús, a tono con su presente de doble
competencia, lo hará casi todas las semanas dos partidos. Por eso, de la
capacidad y el coraje del entrenador para tomar las mejores decisiones, de la
responsabilidad de los futbolistas en su cuidado personal ante la hora que
están viviendo y del trabajo incansable del profesor Valdecantos, depende en
gran parte nuestro futuro deportivo inmediato.
Marcelo Calvente
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