Como todo lo indicaba, Lanús está
en cuartos de final de la
Copa Sudamericana pese a su caída en Santiago ante la Universidad de Chile
por 1 a 0,
los cuatro goles granates marcados en la ida lo acreditan a ese sitial con
justicia. En el camino estará River Plate, un elenco al que en los últimos años
Lanús supera con creces, pero que no obstante se trata de uno de los dos
equipos más populares de la
Argentina , con todo lo que eso significa mediáticamente hablando. Por su parte el equipo de Ramón Díaz
venció de oficio 2 a
0 a la Liga de Loja en el
Monumental, pasó a cuartos por un gol de diferencia, gracias al que convirtió Ferreyra
en la derrota en Ecuador. Lanús y River se verán las caras este domingo, en el
último turno, en La
Fortaleza por el Torneo Inicial, en el que los dos necesitan
ganar para seguir prendidos. Tendrán que olvidarse de la Copa por treinta días y poner
lo mejor que tenga cada uno para lograr la victoria en la competencia local
Dos Barros Schelloto y un solo problema a resolver |
Antes de volver a recibir a River
el 30 de octubre próximo por el partido de ida de cuartos de final, Lanús
tendrá por delante compromisos muy dificultosos, con dos de esos viajes donde
las derrotas cuestan campeonatos. Entre uno y otro choque con River, ambos en La Fortaleza , Lanús
visitará a Central por la 10ª fecha, luego recibirá a Godoy Cruz, más adelante irá
a Santa Fe contra Colón y por la fecha 13ª recibirá a San Lorenzo, un encuentro
que debería ser clave para ambos. Siete días después de ese partido recibirá a
River por la Copa ,
el fin de semana siguiente habrá elecciones en el país, entre el 3 y el 5 de
noviembre irá a Victoria con suplentes, y el miércoles siguiente definirá la
serie en el Monumental. Entonces, a tres días de sabido su pase o no a
semifinales, Lanús recibe a Arsenal por la 15ª fecha del Inicial –se jugará entre
el 10 y el 12 de noviembre- últimamente la materia más brava de esta difícil
carrera para recibirse de campeón. No hace falta agregar nada más, es obvio que
comienza para Lanús el tramo clave y determinante en este semestre.
El partido ante la U estuvo de más. Solo de una
manera podía peligrar la clasificación Granate: Que la defensa tenga un
arranque desastroso y Marchesín reciba uno o dos goles en el primer tiempo. Que
no iba a ser así se notó antes de los 15’ de juego, cuando el local dominó pero sin
inquietar a Marchesín, y se cerró en los treinta siguientes cuando Lanús pasó a
dominar -sin mucha profundidad, es cierto- pero marcando con elocuencia la
brecha de categoría existente entre ambos equipos. Pero al volver del descanso,
todo liquidado, Lanús ya no estaba en partido. Tratando de economizar energías
para el futuro, el equipo de Guillermo se fue metiendo atrás y como siempre que
lo hace, la defensa perdió solidez, hizo agua por los costados y le llenaron el
área de pelotazos desesperados pero siempre peligrosos. A partir de esa
situación, la U
empezó a llegar esta vez sí con mucho más peligro, y de la mano del ingresado
en el segundo tiempo Ramón Fernández, jugando como enganche, el local empezó a
generar situaciones de gol que Marchesín fue abortando una tras otra con un
muestrario de atajadas espectaculares, hasta que el local llegó al gol. Con el 1 a 0 -faltaban más de 20 minutos por jugarse- una segunda conquista
de la U hubiese generado
un zafarrancho defensivo innecesario. Lanús lo aguantó. El bochorno fue el
penal -y expulsión del arquero chileno- no sancionado contra Pereyra Díaz. Si
en un partido definido no se animaron a cobrar semejante patadón, no quiera uno
imaginar si tienen que sancionar otro similar en el Morumbí, en contra el San
Pablo, en una final…
Velázquez, la clave para conformar el mejor equipo |
Independientemente de esta
derrota que no fue tal, sino parte integrante de un encuentro de 180 minutos
que ganó 4 a
1, en Lanús todavía no apareció el equipo ideal. O mejor dicho, no encontró el
mediocampo de tres jugadores más conveniente para articularse con la línea de
fondo y conectarse con la terna ofensiva. El problema de Guillermo, esto ya ha
sido señalado, es la banda izquierda del mediocampo. Él confiaba en Ayala para
esa posición, pero Ayala cada día juega peor y empieza a evidenciar problemas
de perfil que antes no tenía. Pasquini no parece estar a la altura de la
necesidad. Ataca como un marcador de punta y defiende como un delantero, deberá
mejorar mucho para tener un lugar, y Barrientos no aprueba la exigencia del
puesto para la tarea defensiva. El entrenador tiene alternativas para los otros
dos lugares de la línea media. Por derecha, Pulpito, Ayala u Ortiz; por el
medio, Somoza, Pulpito u Ortiz. Si no logra hacer funcionar en la izquierda al
Marciano Ortiz, a Guillermo no le quedará otra que ensayar el cambio más
auspicioso que puede hacer: Poner a Maxi Velázquez unos metros más adelante, y
poner a Balbi, o a Pasquini, o al que el técnico entienda como el más apto, marcando el lateral. Maxi reúne dos
características bien antagónicas. Es su zona de la defensa donde Lanús da más
ventaja, no solo porque Maxi no achica bien, sino porque no tiene la ayuda del
volante por ese lado, el que todavía Guillermo no encontró, que no es otro que
el mismo Maxi, el mejor pase gol del equipo, el jugador del plantel más claro
para dejar cara a cara a los delanteros con el arquero rival. Cambio cantado,
maestro, con todo respeto. El jarro se agarra por la manija…
Cuando tenga el mediocampo con el
equilibrio necesario y pueda acortar las líneas, volverse más compacto, que
todos metan y corran igual -tanto para ir como para venir- y se mantengan en
bloque, y cuando encuentre el jugador ideal para la banda izquierda, Lanús
podrá afrontar las dos competencias con chances serias. Con tanto potencial,
con semejantes figuras en gran momento -Marchesín y los cuatro del fondo,
Somoza en plenitud, el Pulpito cada vez más jugador, la velocidad de Acosta y
Melano, y la brillante participación del pelado Silva, que cada día juega mejor-
con un poquito más de perspicacia de parte del entrenador, estará todo dado
como para grabar alguno de los dos trofeos del semestre con el nombre y el
escudo del club Lanús.
Marcelo Calvente
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