Sería demasiado apresurado
afirmar que con la victoria granate en La Paternal por 2 a 0 el elenco de Guillermo superó
definitivamente el bajón físico y futbolístico que lo aquejó desde la abultada caída
ante Rafaela, allá por la 2da fecha del Torneo Final. Después de ese cotejo
volvió a perder con el Pincha en La
Plata , y en el medio el empate de local ante O’higgins, significaron
la realidad de una crisis incipiente. La victoria ante Vélez resultó un
espejismo, ya que fue seguida por la dura derrota en Paraguay ante Cerro
Porteño por 3 a
1 y la caída en Bahía Blanca por 2
a 0, ambas ante equipos que se quedaron prematuramente
con diez hombres -Cerro desde los 27’
de la etapa inicial, Olimpo desde los 14’- y no obstante ambos le ganaron inobjetablemente
y por dos goles de ventaja. Ese fue el punto crítico y Lanús se recuperó con
dos victorias ante rivales en situación complicada, Racing en La Fortaleza y Argentinos
de visitante, en ambos casos apelando con éxito al recambio. Tal vez el presente
envión anímico sirva para extender la racha ante un equipo poderoso como el
Deportivo Cali e intentar ganar o al
menos no perder en Colombia el próximo miércoles. Una derrota no sería
eliminatoria pero recortaría aún más la chance de seguir adelante en la Libertadores , un mal
resultado siete días después en La
Fortaleza lo dejaría KO. En el medio, recibirá al golpeado
Quilmes, a quien deberá enfrentar con equipo alternativo, y después de la
revancha copera ante el Cali de local, la visita a River y de inmediato recibir
a Cerro para tres días después volver a jugar de local ante Central. Es tal la
seguidilla que va a ser difícil determinar el momento en que Lanús tenga que
dejar de batalla en alguno de los dos frentes para pasar a priorizar el otro,
si es que eso
ocurre.Para todos, Marchesín debe ir al Mundial. Sabella, despertá |
En principio, ante Argentinos
disminuyeron los errores defensivos. No desaparecieron, es cierto, pero al
menos Goltz e Izquierdoz recuperaron la línea, aunque Velázquez sigue dando
muestras de que le cuesta un poco más recuperarse, y Ayala -en el lugar de
Araujo, que descansó en el banco de relevos- cumplió en la función defensiva y
fue factor fundamental en ambas conquistas con su recuperada justeza en la pegada:
En la última pelota de la etapa inicial ubicó un tiro de esquina en la cabeza
del Pulpito, que con un amague se desprendió de su marcador y conectó con
fuerza un frentazo perfecto, ubicando la pelota contra el poste derecho del
arquero local, Nereo Fernández, para ir al descanso con la merecida ventaja. En
esa etapa, Lanús había sido netamente superior, ocupando campo rival y llegando
al área adversaria con cinco y hasta seis futbolistas en varios pasajes, con el
Laucha desequilibrando por izquierda, Blanco tratando de pivotear por el centro
del ataque y muy poco, casi nada de Melano por derecha, lo mejor llegaba desde
el medio con el acertado trabajo de Ortiz, Barrientos y el Pulpito González.
El Laucha volvió en La Paternal y su nivel está intacto |
En el arranque del complemento
fue el tiempo de Argentinos. El local se fue encima con todo lo que tenía y
bien pudo haber logrado la igualdad, pero apareció una vez más el
extraordinario presente de Agustín Marchesín tapando tres pelotas claras de gol,
dos del Pepe Sand y una de Lucas Cano, que tranquilamente pudieron haber
significada una igualdad parcial que por entonces el Bicho merecía. Una vez
más, el Mellizo acertó con los cambios. Primero reemplazó a Lucas Melano, al
que le cuesta demasiado recuperar el nivel que mostró en su llegada a Lanús, e hizo
ingresar a Junior Benítez, que sin brillar inquietó con su presencia por
izquierda. Luego, a los 23, volvió a acertar con un cambio riesgoso pero
necesario, porque su equipo no hacía pie en la zona media: Sacó a Lautaro, de
más que aceptable retorno, y puso a Somoza para dar más batalla y a la vez
intentar darle destino más claro al balón recuperado. Pasados los 30’ , reforzó aún más la marca
en el medio con Pasquini en lugar de Barrientos, y el ex Atlanta se acomodó
mejor en un mediocampo de cuatro volantes de recuperación junto a Somoza y los
que siguieron siendo las máximas figuras de su equipo: El Pulpito, que volvió a
su gran nivel de fin de semestre pasado, y el Marciano Ortiz, quien tal vez
jugó su mejor partido desde que llegó a Lanús, y lo coronó con un gran gol de
cabeza, luego de otro pase milimétrico de Víctor Ayala para aparecer por
sorpresa y abortar definitivamente el desesperado intento local por revertir un
destino de derrota que estaba escrito en los diferentes potenciales de ambos
equipos.
Si en verdad pasó
lo peor, lo sabremos el próximo miércoles cuando con todos los titulares visite
al Deportivo Cali, partido fundamental para recuperar el protagonismo en el
parejo Grupo 3 que Lanús integra junto a los campeones de Colombia, Chile y
Paraguay. Entonces sabremos si el bajón terminó, y si el Mellizo aprovechó la
malaria para probar variantes que le permitirán saber quienes serán los dos
jugadores por puesto que en la coyuntura interminable de partidos cada tres
días se hace más que necesario disponer.
Lo bueno hasta hoy es que pese a la pálida imagen que el campeón sudamericano
entregó en varios encuentros, aún está en carrera en ambos frentes y mantiene
intactas sus chances.
Marcelo Calvente
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