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lunes, 30 de septiembre de 2013

La locura de Goltz


El choque entre Lanús y River, el primero de los tres que incluyen ida y vuelta por la Copa Sudamericana, se moría en empate en cero entre la falta de puntería de Lanús para convertir el gol que merecía, sobre todo por lo hecho en el segundo tiempo, cuando River sintió el trajín más que el local y empezó a conformarse con no perder, refugiándose en su campo. Pero cuando debía concentrar todos sus esfuerzos en el arco rival, en un despeje tardío, Paolo Goltz, al lanzar el pelotazo hacia zona de ataque, punteó además el pie de Rodrigo Mora, que intentó impedir el despeja de manera lícita. El central de Lanús se volvió loco, exigiendo una sanción que al árbitro Pablo Díaz no podía cobrar, puesto que el balón llegaba al área visitante. A partir de ahí, Goltz jugó visiblemente desbordado, agravado por un puntapié de expulsión que recibió enseguida de Teo Gutiérrez que el juez ignoró. Anunciando con su gesto al menos una fractura del primer rival que le toque enfrentar, el defensor granate le fue con rigor excesivo a Mercado, quien la vio venir y saltó, por lo que el quite fue limpio, aunque por la brutalidad manifiesta del defensor, Díaz sanciono de manera correcta la infracción. El saldo nefasto de la locura de Goltz fue su amonestación, la Marchesín y Silva por la airada protesta, y el gol visitante, luego de un centro intrascendente que el arquero granate, quien había sido una de las figuras sobre todo por lo hecho en el primer tiempo cuando River llegaba con algo más de peligro, no pudo retener -molestado por Silva quien saltó delante de él y no pudo rechazar- y que el propio Mercado convirtió con un toque de cabeza en el área chica.

Paolo Goltz, loco un poco, nada más... 
Fue tal la desesperación de los futbolistas granates que en los seis minutos de tiempo adicionado no pudieron enhebrar un solo ataque, y el Pulpito González  –uno de los mejores pero a la vez  otro de  los más desbordados- fue apenas amonestado por una patada descalificadora que correspondía ser sancionada con la expulsión directa. Como todo el plantel, también los mellizos se subieron a la locura de Goltz con gestos ampulosos, aunque bajaron a tierra en la conferencia de prensa posterior, concientes que lo del arbitrio de Díaz había sido del nivel habitual, es decir muy pobre, pero que no había sido particularmente perjudicial para Lanús. Al menos no tanto como la locura de Goltz, quien increíblemente, al instante de provocar semejante zafarrancho, declaraba ante las cámaras con la pasmosa tranquilidad de quien se despierta de una siesta… 

Antes de todo esto hubo un vibrante partido, jugado como una final, en el que durante la etapa inicial River fue algo mejor, sobre todo aprovechando el talón de Aquiles de Lanús: Una línea media de tres que invariablemente es rebasada cuando el rival encuentra la manera de superar la presión de los tres de arriba, lo que le permitió a la visita acercarse con peligro sobre la valla de Marchesín, sobre todo con remates de media distancia. El Granate fue más en el complemento, tuvo más resto físico que el elenco de Ramón Díaz, y generó cuatro situaciones muy claras para convertir que desperdició ante Barovero, otras de las figuras de la cancha. El empate estaba cantado, lo que no estaba en los planes de nadie fue la locura de Goltz, no fue su primer desborde pero sí el más perjudicial para su equipo, la llave de una derrota muy costosa. ¡Un médico ahí..!

Después del desborde de Lanús, el gol de Mercado 
Mucho hemos hablado de los inconvenientes de Guillermo Barros Schelloto para llevar a cabo su idea táctica, 4-3- 3, con un delantero de área y dos “wines” a la antigua. Ramón Díaz, como todos los técnicos adversarios, sabe de sobra cual es la debilidad de Lanús: La longitud, la inferioridad numérica en la zona media, la grieta que se produce entre los volantes y los defensores en los primeros diez metros desde la divisoria, en campo propio. Cuando River pasó esa zona  -ocurrió bastante en el primer tiempo- tuvo posibilidades de convertir, por eso Marchesín fue figura. Lanús lo peleó, metiendo y luchando trató de sobrellevar la ansiedad por no poder jugar con precisión. Tiene mucho poder ofensivo pero sufre demasiado en la vuelta. La figura del mejor arquero argentino del momento  y algo de fortuna venían sosteniendo los resultados hasta hoy. Sucedió en ambos partidos ante la U de Chile, incluso en el primero, que Lanús venció con comodidad por 4 a 0, el rival estuvo muchas veces muy cerca de convertir. Guillermo da vueltas ante un problema que no tiene solución. No tiene un volante zurdo. No parece conveniente sostener por mucho tiempo más los tres delanteros, no si no logra acompañar la intención ofensiva con una aplicación táctica bien determinada y sin este tipo de fisuras y desequilibrios, si no logra ser un equipo corto y compacto no se puede jugar con tres delanteros netos como tiene Lanus, que presionan, es cierto, pero si los rivales superan esa presión, ninguno de los tres atacantes granates pasa la línea de la pelota para ayudar a recuperarla. En inferioridad numérica, los volantes de Lanús tienden a cerrarse, por eso los laterales  siempre quedan uno contra dos, y por eso rivales inferiores le llenan el área de pelotazos y le crean peligro.

Al ver la tabla de posiciones da la sensación de que Lanús quedó muy lejos de la punta, sobre todo por la marcha segura de Newell’s, San Lorenzo y Arsenal. Si los choques por cuartos de final por la Copa -nuevamente ante River- no estuvieran a un mes de disputarse, Lanús podría definir más claramente su verdadero objetivo. Pero como antes de eso tiene que visitar a Central, recibir a Godoy Cruz y viajar a Santa Fe para enfrentar a Colón, el desafío Granate es ganar esos nueve puntos, y luego recibir al encumbrado San Lorenzo. Parece difícil, sobre todo si no se resuelve la cuestión señalada, pero no tanto si el entrenador encuentra la manera de equilibrar al equipo sin perder la capacidad de gol exhibida hasta ahora. Tiene el plantel que él mismo eligió y el crédito suficiente como para conseguirlo.

Marcelo Calvente


viernes, 27 de septiembre de 2013

Cambio cantado


Como todo lo indicaba, Lanús está en cuartos de final de la Copa Sudamericana pese a su caída en Santiago ante la Universidad de Chile por 1 a 0, los cuatro goles granates marcados en la ida lo acreditan a ese sitial con justicia. En el camino estará River Plate, un elenco al que en los últimos años Lanús supera con creces, pero que no obstante se trata de uno de los dos equipos más populares de la Argentina, con todo lo que eso significa mediáticamente hablando. Por su parte el equipo de Ramón Díaz venció de oficio 2 a 0 a la Liga de Loja en el Monumental, pasó a cuartos por un gol de diferencia, gracias al que convirtió Ferreyra en la derrota en Ecuador. Lanús y River se verán las caras este domingo, en el último turno, en La Fortaleza por el Torneo Inicial, en el que los dos necesitan ganar para seguir prendidos. Tendrán que olvidarse de la Copa por treinta días y poner lo mejor que tenga cada uno para lograr la victoria en la competencia local

Dos Barros Schelloto y un solo problema a resolver
Antes de volver a recibir a River el 30 de octubre próximo por el partido de ida de cuartos de final, Lanús tendrá por delante compromisos muy dificultosos, con dos de esos viajes donde las derrotas cuestan campeonatos. Entre uno y otro choque con River, ambos en La Fortaleza, Lanús visitará a Central por la 10ª fecha, luego recibirá a Godoy Cruz, más adelante irá a Santa Fe contra Colón y por la fecha 13ª recibirá a San Lorenzo, un encuentro que debería ser clave para ambos. Siete días después de ese partido recibirá a River por la Copa, el fin de semana siguiente habrá elecciones en el país, entre el 3 y el 5 de noviembre irá a Victoria con suplentes, y el miércoles siguiente definirá la serie en el Monumental. Entonces, a tres días de sabido su pase o no a semifinales, Lanús recibe a Arsenal por la 15ª fecha del Inicial –se jugará entre el 10 y el 12 de noviembre- últimamente la materia más brava de esta difícil carrera para recibirse de campeón. No hace falta agregar nada más, es obvio que comienza para Lanús el tramo clave y determinante en este semestre.   

El partido ante la U estuvo de más. Solo de una manera podía peligrar la clasificación Granate: Que la defensa tenga un arranque desastroso y Marchesín reciba uno o dos goles en el primer tiempo. Que no iba a ser así se notó antes de los 15’ de juego, cuando el local dominó pero sin inquietar a Marchesín, y se cerró en los treinta siguientes cuando Lanús pasó a dominar -sin mucha profundidad, es cierto- pero marcando con elocuencia la brecha de categoría existente entre ambos equipos. Pero al volver del descanso, todo liquidado, Lanús ya no estaba en partido. Tratando de economizar energías para el futuro, el equipo de Guillermo se fue metiendo atrás y como siempre que lo hace, la defensa perdió solidez, hizo agua por los costados y le llenaron el área de pelotazos desesperados pero siempre peligrosos. A partir de esa situación, la U empezó a llegar esta vez sí con mucho más peligro, y de la mano del ingresado en el segundo tiempo Ramón Fernández, jugando como enganche, el local empezó a generar situaciones de gol que Marchesín fue abortando una tras otra con un muestrario de atajadas espectaculares, hasta que el local llegó al gol. Con el 1 a 0 -faltaban más de  20 minutos por jugarse- una segunda conquista de la U hubiese generado un zafarrancho defensivo innecesario. Lanús lo aguantó. El bochorno fue el penal -y expulsión del arquero chileno- no sancionado contra Pereyra Díaz. Si en un partido definido no se animaron a cobrar semejante patadón, no quiera uno imaginar si tienen que sancionar otro similar en el Morumbí, en contra el San Pablo, en una final…

 Velázquez, la clave para conformar el mejor equipo
Independientemente de esta derrota que no fue tal, sino parte integrante de un encuentro de 180 minutos que ganó 4 a 1, en Lanús todavía no apareció el equipo ideal. O mejor dicho, no encontró el mediocampo de tres jugadores más conveniente para articularse con la línea de fondo y conectarse con la terna ofensiva. El problema de Guillermo, esto ya ha sido señalado, es la banda izquierda del mediocampo. Él confiaba en Ayala para esa posición, pero Ayala cada día juega peor y empieza a evidenciar problemas de perfil que antes no tenía. Pasquini no parece estar a la altura de la necesidad. Ataca como un marcador de punta y defiende como un delantero, deberá mejorar mucho para tener un lugar, y Barrientos no aprueba la exigencia del puesto para la tarea defensiva. El entrenador tiene alternativas para los otros dos lugares de la línea media. Por derecha, Pulpito, Ayala u Ortiz; por el medio, Somoza, Pulpito u Ortiz. Si no logra hacer funcionar en la izquierda al Marciano Ortiz, a Guillermo no le quedará otra que ensayar el cambio más auspicioso que puede hacer: Poner a Maxi Velázquez unos metros más adelante, y poner a Balbi, o a Pasquini, o al que el técnico entienda como el más apto, marcando el lateral. Maxi reúne dos características bien antagónicas. Es su zona de la defensa donde Lanús da más ventaja, no solo porque Maxi no achica bien, sino porque no tiene la ayuda del volante por ese lado, el que todavía Guillermo no encontró, que no es otro que el mismo Maxi, el mejor pase gol del equipo, el jugador del plantel más claro para dejar cara a cara a los delanteros con el arquero rival. Cambio cantado, maestro, con todo respeto. El jarro se agarra por la manija…


Cuando tenga el mediocampo con el equilibrio necesario y pueda acortar las líneas, volverse más compacto, que todos metan y corran igual -tanto para ir como para venir- y se mantengan en bloque, y cuando encuentre el jugador ideal para la banda izquierda, Lanús podrá afrontar las dos competencias con chances serias. Con tanto potencial, con semejantes figuras en gran momento -Marchesín y los cuatro del fondo, Somoza en plenitud, el Pulpito cada vez más jugador, la velocidad de Acosta y Melano, y la brillante participación del pelado Silva, que cada día juega mejor- con un poquito más de perspicacia de parte del entrenador, estará todo dado como para grabar alguno de los dos trofeos del semestre con el nombre y el escudo del club Lanús.

Marcelo Calvente

lunes, 23 de septiembre de 2013

Rumbo a la clasificación


Luego del empate de ayer ante Quilmes el plantel se entrenó ésta tarde, concentró y mañana por la mañana viaja a Chile. Acosta lesionado y el Pulpo González suspendido no viajan. Los que vuelven a estar convocados son Araujo, Ortiz y Chavez.

Acosta se desgarró y estará tres semanas afuera.
Rápidamente quedó atras el 0 a 0 ante el Cervecero y ahora el Granate ya piensa en la revancha de los octavos de final de la Copa Sudamericana cuando el miércoles a las 19.30 horas visite a la Universidad de Chile (en la ida ganó 4 a 0). El equipo practicó por la tarde y luego 20 jugadores quedaron concentrados y mañana a las 10 horas viajarán en vuelo charter rumbo a santiago de Chile.
El gran ausente en la lista es Lautaro Acosta que confirmó que sufrió un desgarro en el partido de ayer ante Quilmes y estará cerca de tres semanas afuera. "Fue un error mio, yo pedí jugar, tengo que madurar. Me pierdo 4 partidos. Estaba en mi mejor momento, estoy con mucha bronca". Además tampoco irá Diego González que acumuló tres amarillas y debe cumplir una fecha de suspensión.
Los que reaparecen recuperados de sus lesiones son: Carlos Araujo (aclaró que: la intención es jugar desde el arranque. Doler me duele, tendre que ponerme un analgésico"), Jorge Ortiz y Cristian Chavez.
Los elegidos para ir en busca del pasaje a los cuartos de final son:
Arqueros: Agustín Marchesín y Esteban Andrada. 
Defensores: Carlos Araujo, Paolo Goltz, Carlos Izquierdoz, Maximiliano Velázquez, Facundo Monteseirín y  Luciano Balbi. 
Mediocampistas: Víctor Ayala, Leandro Somoza, Fernando Barrientos, Oscar Benítez, Jorge Ortiz, Cristian Chávez, Nicolás Pasquini y  Jorge Valdez Chamorro. 
Delanteros: Lucas Melano, Jorge Pereyra Díaz, Santiago Silva e Ismael Blanco.

Declaraciones de Acosta: Gentileza de Sentimiento Granate.

La crisis de la izquierda

Quilmes no es un mal equipo de fútbol. De arranque irregular, había vencido de local a San Lorenzo por la 4ª fecha y de visitante a Tigre por la 5ª. Si volvía a ganar en su cancha siete días después se prendía, pero lo visitaba el reparador de sueños, Arsenal, que previsiblemente lo venció, y en la última lo goleó All Boys. Una nueva derrota amartillaba la partida del DT Nelson Vivas. Lanús también había arrancado con altibajos. Perdió en Rafaela, dividió con Racing y con Vélez de visitante y con el Pincha de local. Salvo ese partido, en Arias y Guidi los aplastó a todos, incluso a la U de Chile. Tenía que ganarle a Quilmes. Venía pum para arriba, un triunfo lo subía un poco más. Planteado de esta manera el saldo final con empate en cero resulta frustrante para Lanús, pero claramente ajustado a la realidad. A esta altura de la competencia empatar no es lo ideal, pero el punto de visitante aún sirve. El carro se acerca a la mitad del camino a recorrer, y la mayoría de los melones demoran demasiado encontrar su lugar.

 Pereyra Díaz jugó su mejor partido, pero le faltó convertir
La visita dispuso de las mejores ocasiones de gol, las más claras, en la primera mitad cuando fue netamente superior. Desde el inicio hasta los treinta jugó tal vez el mejor fútbol de lo que va del semestre. Con solvencia en el trato del balón, con excelentes cesiones de Somoza y el Pulpito, dos de los mejores, ocupando campo rival y presionando la salida, Lanús se acortó como no lo hacía desde cuando promediaba el semestre pasado. Con salida por Ayala jugando de lateral derecho, movedizo Melano y muy combativo Silva, que bajaba unos metros, el mejor jugador granate en ese lapso fue Pereyra Díaz, quien cerraba por izquierda lo que se armaba por derecha, así dispuso de tres o cuatro situaciones propicias para convertir, y en todas le falló en el tiro del final. Se mostró potente y veloz, de arranque ventajoso y muy ambicioso para el arco. Le faltó serenidad. Sabe que ya dispuso de oportunidades que no aprovechó, y esta vez le daban la chance de jugar en el lugar que le sienta mejor, la izquierda del ataque, allí donde es más efectivo pese a ser derecho. Le faltó tiza y aplomo. Y cuando más necesitaba del aliento de sus compañeros, cuando fallaba en la puntada final pero estaba jugando muy bien, Santiago Silva empezó a recriminarlo con desmedida insistencia. A juzgar por los rostros que entregó la TV podría decirse que su consagrado compañero apichonó al riojano, cuya figura se fue diluyendo hasta ser intrascendente, y a los 24 del complemento retirarse reemplazado por Ismael Blanco. Quilmes corrió más, y a medida que transcurría el segundo tiempo, algunos jugadores granates exhibieron las típicas muestras de cansancio: Dudas en correr o no a un rival, no ofrecerse como recepción, dejarse absorber por la marca para no recibir la pelota, manos a la cintura, fastidio excesivo. No obstante, el tramo final ganó en emoción y fue de ida y vuelta, cualquiera lo pudo ganar. La visita sufrió por parte del árbitro la no sanción de dos penales a favor, al Laucha le inventó una falta absolutamente inexistente cuando Ismael Blanco quedaba cara a cara con Peratta, luego el propio Laucha quedó solo ante el golero local y no la pudo puntear. Quilmes chocó con Marchesín, que como siempre, hace fáciles las pelotas más difíciles. Del equipo corto y ordenado del inicio, en el complemento no quedó nada y para colmo de males Goltz e Izquierdoz tuvieron una tarde para el olvido.

Goltz y Telechea, los ojos ciegos bien cerrados
Aunque en la cancha no se sacaron ventajas, ambos tienen un panorama diferente por delante. Quilmes ya perdió cuatro partidos y sumó 10 unidades, el Grana solo cayó una vez y aunque supera holgadamente a todos de local, sin contar la victoria ante Racing en Avellaneda por la Copa Sudamericana, aún no pudo ganar de visitante. Suma 13 puntos, cuatro menos que el líder Newell’s. Es tal la paridad entre equipos de diferentes categorías, presupuestos y objetivos, que entre la Lepra y el Cervecero hay otros once competidores, todos con argumentos válidos como para soñar, y los choques entre sí son verdaderas finales que marcan el futuro inmediato de cada equipo, siempre teniendo en cuenta que dos victorias seguidas te suben a la pelea, tanto como dos derrotas consecutivas te mandan al fondo del mar.

La imagen entregada por Lanús ante Quilmes, teniendo en cuenta que deberá jugar el miércoles y el domingo, deja algún interrogante sobre el cansancio y las habituales lesiones que lo acompañan cuando acude. En ese contexto, se podría decir que no perder en Chile y derrotar a River por la 9ª fecha en La Fortaleza, ambos partidos de gran repercusión mediática, sería el objetivo inmediato que debe cumplir el equipo de Guillermo Barros Schelotto para seguir creciendo. Lo de la primera parte puede considerarse un paso adelante en lo que respecta al juego colectivo, lo del complemento sugiere que aún el técnico no logró un funcionamiento determinado, una línea de juego que a la hora del armado comprendan de igual manera todos los profesionales a su disposición. Esa es la búsqueda de Guillermo, armar convenientemente la zona media. Tiene más delanteros que volantes, normalmente más habituados a recibir sanciones que los marginen, no es algo frecuente, con el agravante de que no tiene jugadores zurdos, una especie en vías de extinción, y no encuentra con que diestros reemplazarlos. Por lo que se observa, esa carencia es el  problema de más difícil y urgente solución para el cuerpo técnico.    

Marcelo Calvente

jueves, 19 de septiembre de 2013

Pastito y agua


¿Cómo no dejarse ganar por la ilusión? ¿Cómo no pensar que esta vez sí, que esta vez a Lanús se le va a dar? El juego de este equipo de Guillermo no lucirá, pero su imagen es la de un elenco poderoso en ofensiva, con un plantel que está a la altura de los mejores del continente y que fecha tras fecha se va consolidando con goleadas aplastantes. Sus números no aceptan controversias: En siete partidos disputados por el Inicial marcó 13 goles  -nadie sumó más de 11- y le convirtieron apenas 4 -solo 2 equipos recibieron 3- y contando los tres partidos por Copa su marca es 21 goles a favor y 5 en contra en diez  presentaciones. En sus últimos dos compromisos venció por goleada, ambos por 4 a 0. Si sos hincha de Lanús, ¿Como no sentirse un niño en la noche del 6 de enero, cómo no cortar pastito y como no llenar un cuenco de agua?

Maxi Velázquez, el especialista del pase gol
No se si te pasa, pero a veces trato de ver las cosas con pesimismo, como buscando un pellizco que me despierte del sueño. Y entonces pienso en aquel partido con Rafaela. Lanús lo había empezado ganando, lo perdieron por chambones, primero se lo empataron por distraídos y enseguida se lo ganaron por saber jugar mejor en su terreno, el más corto del fútbol argentino. Pienso en que no pudo vencer a Estudiantes en La Fortaleza porque no supo cómo entrarle, que no pudo con Vélez en Liniers porque no se animó a ir por más. El empate ante Racing por el Inicial lo logró heroicamente, pero eso no quita que no pudo aplastarlo como lo hicieron casi todos, incluido el pobre Tigre. Lo hago para mitigar mi natural optimismo, mis ganas de celebrar lo que institucionalmente Lanús se merece, indiscutiblemente grande entre los grandes. Pienso en el año sin perder en La Fortaleza, pienso que se le ganó 3 a 0 a Belgrano y a Olimpo, y 4 a 0 a Argentinos y a la U de Chile, victorias de marcadores cada vez menos frecuentes en el fútbol de hoy en día. Pienso que este equipo tiene eso que los que lo precedieron en estos años de grandes campañas no tenían, eso que no sabemos que es y que algunos llaman huevos, otros personalidad, y otros sacrificio y sed de victoria.

No fui el único que pese a esas carencias se ilusionó con algún equipo de Zubeldía, con el de Schurrer en la Copa, con la arremetida del de Guillermo en el Inicial 2012 y con el arranque del torneo pasado. Pero éste equipo ilusiona porque además de tener eso que los otros no tenían se impone por su potencia ofensiva y variantes de gol. Pienso que es mejor prestar atención a esas señales -menores, es cierto- que nos sugieren que aún hay algunas cuestiones relevantes por corregir: Tanto Racing, como la U le generaron muchas situaciones de gol. Tiene a Marchesín, pero también tuvo algo de fortuna. Tratamos de entender que es lo que le falta. Sabemos que falta un jugador en el medio campo, que cuando el rival pasa la fuerte presión de los delanteros granates encuentra facilidades para quebrarlo en el medio. Y a veces, muchas veces, en vez de acercar las líneas, estas se separan. Es cuando los delanteros reciben pases largos, de espaldas, y les cuesta entrar a la zona de definición con pelota dominada. Cuando el balón se entrega exigido, se divide, y por eso se lo termina perdiendo. Cuando Velázquez y Araujo son superados dos contra uno, cuando los volantes están tan lejos de los defensores como de los delanteros. Cuando se empeña en ser un equipo largo, que le dicen...

Sabemos que hay cosas que corregir, pero advertimos que el crecimiento es día a día, y lo es en lo individual -la llegada de Somoza, la evolución de Izquierdoz, González, Acosta y Melano, la promesa de Monteseirín, Barrientos y Pasquini- y la presencia del Pelado Silva, el dueño de las cámaras en todos los partidos, el que marca diferencias tanto en el área para definir como en tres cuartos para hacer convertir a sus compañeros. Y con estos aportes individuales, el equipo va creciendo en lo colectivo y así van llegando los triunfos contundentes. Es más fácil corregir en las victorias, es mejor trabajar sin la angustia de los malos resultados, sin el técnico en la picota, sin la reprobación de la parcialidad, con las cuentas al día. Es más fácil jugar en Lanús.

Santiago Silva, goleador y figura de este Lanús
El Granate avanza en la doble competencia, y para el cuerpo técnico es la hora de tomar decisiones inteligentes. Acaba de iniciar una secuencia agobiante de cuatro partidos en quince días, el resultado le da la chance al entrenador de mandar a Chile un equipo alternativo. Pero de hacerlo cambiaría la prioridad, no sería lo ideal, porque muy posiblemente luego tendrá que afrontar una secuencia de tres partidos con River a todo o nada para avanzar a la semifinal, clasificar a la próxima edición de la Copa Libertadores como el equipo argentino mejor colocado en la Sudamericana y seguir peleando en la vanguardia del torneo local. Se impone tratar de sostener a los titulares y cambiar sólo a aquellos que estén lesionados, suspendidos o necesiten imperiosamente ese descanso. Es decir, tratar de hacer la menor cantidad de cambios posibles con el objeto de continuar ajustando las cuestiones colectivas que aún persisten, para superarse y seguir sumando en ambas competencias.

Mientras tanto es lindo ver al Granate afianzado en el terreno internacional, un habitué de las competencias continentales que se merece largamente empezar a animar las instancias finales. Esta vez sí, parece que justificadamente, podemos ilusionarnos como chicos, cortar pastito y poner agua, para ver si por fin, esta vez de verdad vienen los Reyes.

Marcelo Calvente

Lanús volvió a golear: 4 a 0 sobre la U de Chile


Con otra actuación contundente, Lanús derrotó por 4 a 0 a la Universidad de Chile en el partido de ida por los octavos de final de la Copa Sudamericana 2013. El equipo de Guillermo Barros Schelloto liquidó el pleito en la primera media hora de partido con goles de Santiago Silva a los 24’, y un doblete fulminante de Lucas Melano, quien marcó a los 30’ y a los 31’.

Silva y Acosta, una dupla que significa gol de Lanús 
Hasta la apertura del marcador el encuentro había sido parejo, con la visita buscando el camino a la meta de Marchesín tratando de sorprender con la llegada de alguno de  los volantes, pero con escasa precisión en la zona de definición. La apertura del marcador para el local llegó gracias a la pegada del Pulpito González quien desde su sector envió un centro medido para dejar al Pelado Silva cara a cara con el arquero, que el delantero cambió por gol con un toque sutil de derecha. Seis minutos después, en una excelente combinación de tres toques de primera, Silva habilitó a Velázquez, quien pisando la raya de fondo buscó la llegada de Melano, que anticipó a Herrera y marcó la segunda conquista. Y enseguida, una desatención de los mediocampistas visitantes permitió que nuevamente Melano, en una corrida en diagonal que arrancó en tres cuartos, de derecha a izquierda, que contó con una muy buena cortina de Lautaro Acosta, quedó nuevamente cara a cara con el golero y convirtió el tercero con remate seguro.

El partido estaba definido, y aún quedaban más de 60 minutos por jugar. En el arranque del complemento, Lanús decidió retroceder con la intención de tomar de contra a la U, cosa que no logró hasta el minuto 23. Hasta allí, el equipo chileno tuvo varias situaciones para descontar, pero su imprecisión, las buenas respuestas de Marchesín, y la escasa fortuna se lo impidieron. Bastó una proyección y un centro de Ayala que Silva conectó de cabeza, el horizontal devolvió el balón y Lautaro Acosta, con el arco libre, anotó su gol con tiro corto. Los futbolistas visitantes perdieron la calma, y dos jugadores fueron expulsados: A los 35’ el arquero Herrera, quien fuera del área le dio un puntapié a Melano a la altura del hombro, y cuatro minutos después el volante Juan Rojas por una fuerte infracción sobre Pereyra Díaz, que lo había dejado atrás. El dato curioso es que ante la expulsión del golero, y habiendo la visita agotado los cambios, ocupó su lugar el ex Banfield Luciano Civelli -que había ingresado poco antes por  Patricio Rubio- sin recibir goles.


SÍNTESIS

Lanús 4 - Universidad de Chile 0.

Lanús:
Agustín Marchesín; Carlos Araujo, Paolo Goltz, Carlos Izquierdoz, Maximiliano Velázquez; Diego González, Leandro Somoza, Víctor Ayala; Lautaro Acosta, Lucas Melano y Santiago Silva. DT: Guillermo Barros Schelotto.

Universidad de Chile:
Johnny Herrera; Paulo Magalhaes, Osvaldo González, Albert Acevedo, José Rojas; Charles Aránguiz, Juan Rojas, Gustavo Lorenzetti; Patricio Rubio, Marcelo Díaz, César Cortes. DT: Marco Antonio Figueroa.

Goles en el primer tiempo: 24m Silva (L), 30m y 31m Melano (L).
Gol en el segundo tiempo: 23m Acosta (L).

Cambios en el segundo tiempo: al inicio, Rubén Farfán por Cortés (U), 5m Fernando Barrientos por Araujo (L), 24m Roberto Cereceda por Acevedo (U), 29m Ismael Blanco por Silva (L), 31m Jorge Pereyra Díaz por Acosta (L) y Luciano Civelli por Rubio (U).

Incidencias en el segundo tiempo: 35m expulsado Herrera (U), por juego brusco; 39m expulsado Juan Rojas (U), por juego brusco.

Árbitro: Carlos Amarilla (Paraguay).

Estadio: Ciudad de Lanús - Néstor Díaz Pérez


domingo, 15 de septiembre de 2013

El porqué, el cómo y el cuándo


Lanús jugó el mejor partido del semestre y obtuvo la victoria más aplastante. Era previsible, a medida se van acomodando los melones en el carro, se observa que el Grana es más que el Bicho, de donde se lo mire. Pero esto es el fútbol argentino, y bien podría pasar que no resultara así, partidos son partidos y todos tienen su desarrollo y sus circunstancias. Era claro de antemano que Lanús estaba en formación, que aún no había encontrado un rendimiento acorde a lo posible, aunque su poderío le alcanzara para estar en los puestos de arriba. No tanto por el cómo ni el porqué, lo mejor de la victoria por 4 a 0 ante el equipo de Caruso, con una gran actuación general, es el cuándo fue que ocurrió.

El porqué es una evidencia tranquilizadora: Es por el poderío ofensivo, por Marchesín, por la defensa, pese a algunas cuestiones por superar, por la categoría del plantel y la solvencia institucional, sin problemas de dinero ni vedettismos ni conventillos, en estos tiempos Lanús está por encima de todos sus adversarios en ese sentido. El cómo resulta interesante de analizar, ya que más allá de la intención de ganar desde el primer minuto, de la concentración y la disposición táctica de todos, y de la sana intención de meterse en campo rival, el Grana  contó con el aporte de tres figuras determinantes, tres jugadores en los que había invertido grandes esfuerzos, que habían padecido el paso por su anterior equipo, el Boca de Riquelme Todopoderoso. La suerte de Somoza, Silva y Acosta en la ribera no fue la mejor, las virtudes de cada uno de estos jugadores fueron despreciadas vaya uno a saber porqué por el entrenador, el Apóstol Bianchi, el que no pega una pero igual es adorado por los fieles xeneizes casi tanto como a su Señor.

Lautaro volvió a convertir y se supera cada fecha
La llegada a último momento de Silva fue más que aceptable: En los dos primeros partidos convirtió tres goles y mostró el nivel esperado, en los subsiguientes exhibió aptitudes de jugador de equipo, de compañero generoso. Ayer volvió a convertir y también fue armador de jugadas de peligro para que sus compañeros conviertan. El Laucha Acosta también volvió a su segundo hogar con el pie derecho. Cuando el barullo de su juego era mayor que su potencial, Lautaro Acosta metía y convertía. Ahora ha ganado confianza en si mismo y logra mucho de lo que intenta. Además volvió a convertir. Se empieza a notar buen entendimiento entre los de arriba, incluso también con el crecimiento progresivo de Melano, otro de los que llegaron para sumar y cuyo aporte va superándose partido tras partido, otro que también volvió a convertir.

Pero la presencia que más repercutió en esta levantada del equipo es la de Leandro Somoza, otro de los refuerzos, que por problemas físicos no estuvo en la parte inicial del torneo. Con su llegada Lanús dejó de ser vertical, con su panorama ayudó al equipo a ser más ancho, y cuando se es ancho, cuestión cuasi geométrica, se es corto. La verticalidad -así era Lanús antes de Somoza- produce ida y vuelta, y el ida y vuelta separa las líneas y deviene en equipo largo. Somoza -que además también convirtió su 11º gol en tantos años de carrera- a fuerza de cabeza levantada y criterio táctico empezó a jugar para los costados. Se me suele gastar bromas por lo tanto que reitero esta idea. No pienso perder la oportunidad de volver a señalarlo cuando dispongo de tantos argumentos al respecto. Araujo y Maxi se incorporaron mejor a la ofensiva del equipo con la llegada de Somoza, gracias a su criterio para entregar pelota segura, al lugar donde el rival no puede ejercer presión, y por lo tanto retrocede. Ese retroceso obliga a hacer lo mismo a sus compañeros y le permite a Lanús adelantar sus líneas y parar la defensa en la divisoria de campos. Esa secuencia genera el equipo corto: Quien lo consigue corre menos, y por eso mismo, por lo general suele vencer. Abortos siempre hay, pero cada tanto...

Leandro Somoza, su llegada resulta más que auspiciosa 
El cuándo nos permite pensar que es en el mejor momento. El equipo ya había conocido la derrota en Rafaela, después pasó de fase eliminando a Racing de la Sudamericana, aunque no pudo superarlo hace siete días por el Torneo local, en el que tampoco había podido vencer a Estudiantes en casa ni a Vélez en Liniers. El último sábado en Avellaneda, logrando un empate histórico por las circunstancias, exhibió por primera vez en años el temple de equipo grande que supo tener en tiempos de Cabrero, cuando ganó lo que tenía que ganar para ser campeón, cosa que no volvió a suceder desde entonces.

Es lógico pensar que en la noche del sábado pasado en Avellaneda, superando todos los contratiempos y el vergonzoso arbitraje de Carlos Maglio, en el plantel granate haya surgido el espíritu de equipo con ambiciones grandes, capacitado para sortear los peores obstáculos, ese paso sólido y ganador que ante Argentinos terminó de consolidarse en el juego con el aporte de varias figuras determinantes como los señalados, que han vencido las propias dudas que deberían tener a causa de su frustrante paso por Boca, ya que rápidamente parecen haber encontrado el ámbito ideal para recuperarse y encauzar el tramo final de sus respectivas carreras. El choque del próximo miércoles en La Fortaleza ante el respetable equipo de la U de Chile es un escenario propicio para confirmar la notable mejoría y exhibir ante el gran público del fútbol internacional las aptitudes de este Lanús de Guillermo, y de esa manera consolidar el nivel logrado ante el Bicho, ese que supo tener hasta la 7ª fecha del torneo pasado, cuando empató en 2 con Quilmes en Arias y Guidi, el inicio de una pérdida de rumbo que todavía duele y cuesta comprender.

Marcelo Calvente
marcelocalvente@gmail.com

viernes, 13 de septiembre de 2013

Socorro


Aún no se han acallando los ecos de la 6ª fecha de este parejo y sorprendente Torneo Inicial 2013, y a esta misma tarde se empieza a disputar la 7º, que arranca en Lanús, con la visita del líder Argentinos, el más absurdo puntero que uno podía imaginar, el que mientras los demás trataban de armarse gastando millones de dólares se abocó a una especie de casting de jugadores libres y de poca monta, y casi sin trabajar con el plantel completo salió al ruedo con el único objetivo de salvarse del descenso, algo que en sí ya es una hazaña. Tanto el éxito del Bicho como el fracaso de algunos otros, con Racing a la cabeza, son ingredientes que realzan la emotividad de este Torneo. La paridad de fuerza entre el 90% de los competidores, característica única en el mundo –en ligas de primer nivel- y la siempre posible aparición de nuevos cracks de proyección internacional, hacen del fútbol argentino uno de los mejores del mundo aún a pesar de  su tercermundismo organizativo.

Marcelo Araujo y Cía, a la cabeza de Fútbol para Sordos
Hablamos de los males de siempre, la violencia, la falta de capacidad y/u honestidad dirigencial, el la AFA, algunos estadios y terrenos inapropiados, mucho conventillo y despropósito. Y hablamos también de nuevos males, o viejos males menores que se han venido agravando: Los arbitrajes, que siempre fueron malos y sospechados, hoy lo son mucho más, la tecnología pone claridad, y no obstante eso uno aprecia sanciones inaceptables e inexplicables. Los arbitrajes de Maglio, de Ceballos, de varios más, y hora también la incidencia de algunos jueces de línea en los errores más costosos en lo que respecta a puntos para uno de los dos adversarios. Un línea puede equivocarse en la apreciación de una posición adelantada -aunque no debería- pero no puede hacer patear de nuevo un penal si el arquero no se adelantó. No puede ser tan claro y que siga todo igual,  que vuelvan a dirigir  aquellos cuyos fallos no hay manera lógica de sostener sin sospechar. Yo creo que es hora de cambiar las reglas del juego entre la AFA y los árbitros: En primer lugar que ganen más dinero, un dinero acorde al que ganan los protagonistas del espectáculo del cual son parte. En segundo lugar que acepten sobre su patrimonio un seguimiento muy meticuloso e invasivo. Nuevas reglas del juego. Y también deberían ponerse de acuerdo en algunos puntos los jugadores. Su gremio no solo está para exigir las deudas antes del comienzo de cada ciclo: es hora que se discutan otras cuestiones de la profesión.
autoritarismo de la conducción de

Hablamos de esta nueva moda de exigirle caballerosidad al rival, aun cuando uno no está dispuesto a comportarse como tal. Dos hechos notables han sucedido en la 6ª fecha: En Rosario, el delantero de San Lorenzo Fernando Elizari recibió un tremendo pelotazo en pleno rostro que en el momento alarmó a todos los que estaban cerca: Jugadores y árbitro al unísono pararon las acciones para que sea atendido. Elizari dejó la cancha y el partido continuó. Faltaba poco, Central iba perdiendo por uno a cero, sus jugadores sabían -debían saberlo- que eran uno más y que debían atacar por donde ese jugador faltaba. Mientras después de ser atendido, Elizari -todo magullado- pedía reincorporarse al juego y el árbitro Delfino, sabedor de que no había simulado, le permitía el ingreso por encontrarse la pelota en otro sector del  terreno, el balón empezaba a ir para el lugar donde Paulo Ferrari tenía libertad, el mismo por donde entraba Elizari. El lateral rosarino debía estar muy desconcentrado para no advertir la situación, pero no la advirtió, y esperó el pase seguro de estar solo. Elizari se la afanó y habilitó a Villalba para que convierta el segundo y liquide el pleito. Todo Central, encabezado por su entrenador y respaldado por todo su público, se fue sobre el árbitro. Pero si todo había sucedido a reglamento, y en eso coincidían, ¿Qué era lo que reclamaban? No sabían. Pero a la salida del vestuario hablaron de deslealtad deportiva por parte del futbolista de San Lorenzo. Pretendían que el joven colega, autorizado por el árbitro a volver al juego, por su cuenta decidiera permitir que Ferrari no se avive de su presencia y pueda pasar a su lado con pelota dominada. Está claro: Pedían lo que nunca podrían hacer, pedían lo que sabían nadie perdonaría. Todo por no decir “Soy un chambón”, Ferrari…

Sergio Marchi, una conducción gremial servil
Otra situación llamativa se vivió en Avellaneda en el empate en uno entre Racing y Lanús. Pésimo arbitraje de Maglio, claramente desfavorable para Lanús, al que le anuló un gol que era lícito y luego expulsó injustamente a Pasquini por doble amarilla. A sabiendas que la primera no había correspondido, sancionó una obstrucción en una jugada en que la pelota ya estaba en otro lado, una falta que podía omitir tranquilamente y hacer justicia. No señor, rajó al pibe sin remordimiento. Con Lanús en inferioridad numérica, el local pasa a dominar las acciones y se pone en ventaja. Después de un forcejeo en campo de Racing, un futbolista de la Academia cae aparatosamente con la intención de cortar un avance peligroso de Lanús. El árbitro hace seguir, la pelota termina en los pies de Villar, que con Lanús volcado en ataque, mete un pase largo con destino de pase gol para Hauche que Izquierdoz interrumpe y habilita a Melano, quien mano a mano  con Saja estrella el remate en el palo. La pelota se encuentra de nuevo con Izquierdoz, que ya adentro del área no puede conectar y pierde la vertical. El arquero y capitán  de Racing se fue enardecido sobre el Cali, aún caído, que no tuvo más opción que protegerse tomándose la cabeza ante el tropel blanquiceleste que se le venía encima. Todos los jugadores de Lanús intervinieron para evitar la agresión a Izquierdoz, todos los jugadores de Racing, conducidos por su capitán, quisieron agredirlo. Maglio nos tomó a todos por boludos. Echó a un jugador de cada uno, y el principal agresor, Saja, el único que debía expulsar porque lo demás fue menor, siguió jugando el partido tranquilamente 10 contra 9 cuando correspondía como mínimo quedar 10 contra 10. Fue uno de los peores arbitrajes de los últimos años, perjudicial absolutamente para uno de los dos equipos. Algo parecido había ocurrido con el mismo juez en Córdoba, en el choque de Belgrano con Boca por la segunda fecha. Señores: Carlos Maglio no puede volver a dirigir y varios jueces de línea tampoco.

Carlos Maglio, un arbitraje bochornoso y descalificador  
Con respecto a la caballerosidad deportiva, jugadores, no nos tomen por idiotas. Esos son atributos del deporte amateur. Cuando lo exigen, es porque solamente intentan sacar ventajas y confundir a los espectadores, de por sí facilongos de engañar. En esto mucho tienen que ver FAA, los medios de comunicación especializados y la TV Pública. El fútbol es un espectáculo muy apasionante y así como merece arbitrajes a la altura también merece una gremial de jugadores que no sea servil al poder de la AFA, un periodismo que ilustre, que critique con respeto, que ponga al tanto del juego y del reglamento a los millones de simpatizantes que se suman a diario gracias a la posibilidad de ver todos los partidos por TV. Se lo pedimos por favor a las autoridades que tienen a su cargo la contratación de los profesionales: Elijan los mejores, gente del nivel de Víctor Hugo, de Clos, de Varsky, de Fernández Moores, de Iutch, no importa en esto la ideología política o las simpatías partidarias. Algo que a todos los argentinos nos cuesta tanto merece enriquecerse con el aporte de los mejores periodistas del país. Araujo, Julio Ricardo, Apo, Perfumo, los Niembro, los Gustavo López, los Safarián, los Balasone, por el bien del fútbol, no pueden seguir trabajando en los medios más importantes. En esto hay coincidencia absoluta entre todos los espectadores. No pueden obligarnos a bajar el sonido para ver lo que más nos gusta y tanto nos cuesta. No jodan.

El fútbol argentino puede crecer si se cambian de raíz algunas cosas. No sostengan lo insostenible, respeten y valoren la pasión de multitudes. Pongan manos a la obra en serio, establezcan nuevas normativas, legislen si es preciso. Paren la violencia y la muerte en el fútbol con proceso y castigo para los violentos. Paren el vaciamiento de los clubes condenando el accionar de los que los dirigen con infidelidad o fraude y les provocan perjuicios fulminantes. Limpien el tema los árbitros que no pueden dirigir, fomenten el buen periodismo. Demuestren que pueden hacer del fútbol argentino un espectáculo en serio, es una buena manera de demostrar que pueden también hacer  un país mejor.

Marcelo Calvente


lunes, 9 de septiembre de 2013

Fútbol para vivos


Todo puede pasar en el fútbol argentino: Al cabo de la sexta fecha, con casi un tercio de torneo disputado, el equipo que en el análisis previo menos chances tenía, Argentinos Juniors, armado a lo Caruso, con jugadores sin experiencia en primera división y tremendamente comprometido con la perdida de la categoría, la que mantuvo de manera milagrosa al cabo del primer semestre, es el único puntero con trece unidades. Uno de sus seguidores, Arsenal, que cambió la mitad de su plantel y tampoco sumó figuras rutilantes, tiene 12 y se mantiene invicto. El Boca de Bianchi, al que todos consideraban máximo candidato al título, con las incorporaciones de Gago, el Cata Díaz y Gigliotti entre varios otros, fue bailado y goleado en Bahía Blanca por el humilde Olimpo, que hasta ayer no había ganado, solo había logrado dos empates con tres derrotas y apenas había convertido tres goles y recibido nueve. Dando vuelta la tabla aparece Racing, otro de los grandes animadores según la óptica previa de los especialistas, último sin victorias, con apenas dos empates como magra cosecha, con tres goles a favor y once en contra, que no pudo derrotar a Lanús, al que con la ayuda de un impresentable arbitraje de Carlos Maglio vencía por 1 a 0 a cinco del final. El quipo granate, con nueve hombres, en la cancha más ancha del país, con un terreno pesado y anegado logró poner a su lateral izquierdo, Maxi Velázquez, que increíblemente llegó sin marca, cara a cara con el arquero Saja para lograr un empate heroico. 

Maxi Velázquez, autor del gol que puso justicia
Este choque del sábado por la noche entre la Academia y los Granates resultó lo más atractivo de una fecha que tuvo varios ingredientes y situaciones equívocas que merecen alguna reconsideración. Después de un primer tiempo de ida y vuelta en el que Racing fue superior, aunque Maglio -a instancias de su colaborador Adrián Fonzo- le anuló un gol válido a Lanús señalado por Lucas Melano, quien había partido perfectamente habilitado para recibir un pase profundo de Somoza y luego de eludir a Saja marcar lícitamente. En esa etapa inicial, en un terreno muy resbaloso donde ambos equipos se excedieron en la pierna fuerte, Maglio mostró la primera amarilla a 5 minutos del final, y como suele ocurrir en estos casos, eligió sancionar al pibe de Lanús Nicolás Pasquini, en una acción en la que ni siquiera había existido falta alguna. La etapa concluyó en cero, con paridad en las llegadas, aunque con superioridad en el juego para el local.

El complemento fue sumamente accidentado. A los 2 minutos se interrumpe el partido por un corte de luz, algo que se da cada vez más frecuentemente y que no se condice con la relevancia de un espectáculo que concita enorme atención de televidentes de todo el país. 24 minutos después se reanudan las acciones, y como era previsible, Pasquini pecó de falta de experiencia e innecesariamente obstruyó a un rival, lo que fue penado puntualmente con la segunda amarilla y la correspondiente expulsión. Hasta entonces, Lanús se mostraba mejor y Racing parecía sentir el trajín, pero de allí en más el hombre de menos fue determinante. Guillermo Barros Schelloto, con la sana intención de ganar el partido eligió mantener los tres de punta, pero pagó por el sector donde ya no estaba Pasquini, y el local sacó ventaja con un mano a mano de Vietto que rechazó Marchesín y la fortuna jugó para Racing: la pelota rebotó en Araujo y se fue al fondo del arco.

La horda de Saja pasó por encima del Cali Izquierdoz
En desventaja en el marcador y con un hombre menos, Lanús sacó a relucir su temple y fue a buscar el empate, dando enormes ventajas que Racing no pudo aprovechar. A quince minutos del cierre se produjo un incidente determinante: luego de un forcejeo con Araujo, Cahais se dejó caer simulando un golpe, en tanto Villar metía un pase profundo con destino de gol que Izquierdoz interrumpió en la zona media e inició una contra que concluyó con un remate de Melano que se estrelló en el caño derecho de Saja y que el propio Izquierdoz arrojándose al piso no pudo definir. Todo Racing se fue sobre el caído, principalmente el arquero y capitán, quien a punto estuvo de agredir al indefenso jugador granate. Una vez más, Maglio favoreció al local: Afuera uno por bando, Goltz y Ortiz, en tanto Saja siguió en cancha lo más tranquilo. Pero Lanús siguió yendo al frente y a cuatro del final llegó  patriada del Pulpito González y el pase para Velázquez, quien con excelente definición cruzada al segundo palo decretó el justo empate final que tuvo sabor a derrota para Racing y a victoria para Lanús.

Para finalizar, volvamos sobre la acción que generó el tumulto que culminó con las expulsiones de Goltz y Ortíz. En los últimos años, y a espaldas del reglamente que dice que ante la caída de un jugador es el árbitro quien está facultado para detener el juego, los futbolistas exigen de sus rivales que arrojen la pelota afuera para permitir la asistencia del compañero caído, en la mayoría de los casos fingiendo una lesión. No hacerlo es considerado  como una  actitud antideportiva de parte de un colega, pero no los es arrojarse al piso para hacer pasar el tiempo cuando el marcador es favorable. Lo insólito del caso es que fue Villar quien primero no la arrojó, y en cambio le recriminaron a Izquierdoz por continuar jugando luego de interceptar el pase del volante local. Resulta hasta gracioso que a punto estuvieron de golpearlo en el piso por deshonrar de ese código no escrito que solo sirve para sacar ventaja. Exigir del rival semejante actitud en un medio donde la incorrección es considerada como una viveza, es tomarnos a todos por  estúpidos.

Marcelo Calvente

    

domingo, 8 de septiembre de 2013

Corazón Granate


Lanús jugaba mal y perdía ante Racing pero cuando se quedó con 9 por las expulsiones de Pasquini y Goltz a pura garra y corazón fue al frente y logró el empate a traves de Maximiliano Velázquez. Fue 1 a 1 en un partidos con 3 rojas, un corte de luz y un arbitraje desastroso de Maglio.

Velázquez, Acosta y el Pulpo González festejan el empate.
El partido arrancó con la Academia como dominador con el manejo de Rodrigo De Paul que acompañado por Ibañez y Villar complicaban a Lanús. El Granate era solo pelotazos para las corridas de Acosta y Melano o que la aguante Silva. Marchesin de a poco se iba transformando en figura.
El segundo tiempo arrancó y al minuto y medio se cortó la luz, hubo que esperar 21 minutos para que regrese y se reanude el juego. Los de Ischia seguian con la iniciativa y a los 37 Maglio expulsó a Pasquini (lo habia amonestado por un foul que no existió y le mostró la segunda amarilla por una obstrucción), el árbitro que dejó pasar varias patadas de jugadores importantes se la agarró con un juvenil. Guillermo y Gustavo no reaccionaron rápido, no hicieron cambios y Racing llegó al gol. Tras un centro de De Paul, apareció Vietto definió, tapó Marchesín y en el rebote le dio a Araujo para que la Academia se ponga en ventaja.
Minutos más tarde llegaría la jugada que desembocó en un escándalo. Cahais estaba en el piso por un encontronazo con el Pulpo González, Maglio no paró el partido, Lanús la siguió y la jugada terminó con un remate de Melano que reventó el palo. Ahí Saja salió desesperado a increpar a Izquierdoz que fue el que inició el ataque, se juntaron los jugadores de ambos equipos y luego de varios empujones el árbitro decidió expulsar a Goltz y Fernando Ortiz (Saja debió ver la roja). A partir de ahí el Granate apostó al amor propio y con mucho corazón fue al frente, con 9 jugadores mantuvo los tres delanteros y se exponía en el fondo (Vietto tuvo dos claras para definirlo). El Granate apretó, buscó y llegó al gol tras una buena jugada de González que abrió para Velázquez y entrando al área el lateral izquierdo le pegó fuerte cruzado y puso el empate. Quedaban cinco minutos y fue de ida vuelta, se puedo perder pero también se estuvo cerca de ganarlo.
En definitiva fue empate, bien por la rebeldia, la actitud y los huevos del equipo cuando se quedó con 2 menos pero volvió a dejar mucho que desear el juego estando 11 contra 11.

Marchesín y todo Lanús sigue a Maglio que dirigió pésimo.
Síntesis del partido:
Racing 1: Sebastián Saja; José Luis Gómez, Fernando Ortríz, Leonardo Migliónico y Matías Cahais; Diego Villar, Agustín Pelletieri y Luis Ibáñez; Rodrigo De Paul; Gabriel Hauche y Luciano Vietto. 
DT: Carlos Ischia. 
Suplentes: Nélson Ibáñez, Esteban Saveljich, Claudio Corvalán, Ismael Quilez, Rodrigo Battaglia, Roger Martínez y Juan Ignacio Dinenno. 

Lanús 1: Agustín Marchesín; Carlos Araujo, Paolo Goltz, Carlos Izquierdoz y Maximiliano Velázquez; Diego González, Leandro Somoza y Nicolás Pasquini; Lautaro Acosta, Santiago Silva y Lucas Melano. 
DT: Guillermo Barros Schelotto. 
Suplentes: Esteban Andrada, Facundo Monteseirín, Luciano Balbi, Fernando Barrientos, Marcos Astina, Oscar Benítez y Jorge Pereyra Díaz. 

Goles: ST 41' Carlos Araujo e/c (R) y 62' Maximiliano Velázquez (L). 
Cambios: ST 47' Esteban Saveljich por Rodrigo De Paul (R), 54' Jorge Pereyra Díaz por Lucas Melano (L), 56' Rodrigo Battaglia por Luis Ibáñez (R), 64' Fernando Barrientos por Lautaro Acosta (L), 65' Roger Martínez por Diego Villar (R) y 72' Facundo Monteseirín por Diego González (L). 
Amonestados: En Lanús: Velázquez y Diego González. En Racing: Hauche, Vietto y Migliónico. 
Expulsados: ST 37' Nicolás Pasquini (L), 44' Fernando Ortíz (R) y Paolo Goltz (L). 
Árbitro: Carlos Maglio. 
Estadio: Racing.   

Mirá los goles del partido:

jueves, 5 de septiembre de 2013

Medio roto


Guillermo prepara el partido ante Racing y tiene varias bajas: Herrera, Ortiz, Chavez y Blanco afuera por lesión y Ayala en la selección de Paraguay. Además Somoza hace dos días que no entrena por una gastroenterocolitis. El equipo no está definido y concentran algunos juveniles.

El Marciano Ortiz se volvió a desgarrar y estará 3 semanas afuera.
Lanús se entrenó ésta mañana de cara al partido del sábado a las 20.15 horas ante Racing en Avellaneda con arbitraje de Carlos Maglio. El técnico tiene unas cuantas bajas para el fín de semana: Ortiz se volvió a desgarrar en el aductor de la pierna derecha y estará por lo menos tres semanas afuera, Chavez con un edema en el isquiotibial está descartado, Ayala en la selección de Paraguay (mañana sería titular ante Bolivia y luego el martes enfrenta a Argentina), Herrera con un esguince de tobillo y Blanco con problemas en la espalda. A todo ésto se suma que Leandro Somoza ayer no fue al Polideportivo y hoy concurrió pero no entrenó debido a un cuadro de gastroenterocolitis y vómitos, de todas maneras se cree que llegará.
Con éste panorama todavía el técnico no definió el equipo y la duda estaría en saber si mantiene el esquema con tres delanteros o si sale Melano e ingresa un mediocampista como Pasquini. Un probable equipo sería con: Marchesín; Araujo, Goltz, Izquierdoz y Velázquez; Diego González, Somoza y Barrientos; Acosta, Silva y Melano o Pasquini.
Mañana el equipo entrenará por la mañana, el técnico dará una conferencia de prensa y luego concentrarán 20 jugadores entre los cuales hay algunos juveniles como el marcador central Facundo Monteseirín  los mediocampistas Marcos Astina y Maximiliano Cáceres. Además también está el lateral derecho Lucas Mancinelli. La lista completa está integrada por:
ARQUEROS: Agustín Marchesín y Esteban Andrada.
DEFENSORES: Carlos Araujo, Paolo Goltz, Carlos Izquierdoz, Maximiliano Velázquez, Luciano Balbi, Facundo Monteseirín y Lucas Mancinelli.
MEDIOCAMPISTAS: Leandro Somoza, Diego González, Fernando Barrientos, Nicolás Pasquini, Oscar Benitez, Marcos Astina y Maximiliano Cáceres.
DELANTEROS: Lautaro Acosta, Santiago Silva, Lucas Melano y Jorge Pereyra Díaz.

LO QUE VIENE. Lanús sigue con una agenda cargada de partidos y ésto es lo que tiene por delante el equipo de los mellizos:
6ta Fecha: Sábado 20.15 horas visita a Racing con arbitraje de Maglio.
7ma Fecha: Viernes 13 de Septiembre a las 18 horas recibe a Argentinos.
Copa Sudamericana - Octavos de final - Partido de ida: Miércoles 18 de Septiembre a las 20.15 horas ante Universidad de Chile como local.
8va Fecha: Sábado 21 de Septiembre en horario a confirmar visita a Quilmes.
Copa Sudamericana - Octavos de final - Partido de vuelta: Miércoles 25 de Septiembre en horario a confirmar ante Universidad de Chile como visitante.
*Las fechas de los últimos dos partidos no están confirmadas.

Zuculini llora tras lesionarse en la práctica por la mañana.
EL RIVAL. En La Academia el nuevo técnico Carlos Ischia tenía el equipo casi definido pero en el entrenamiento de ésta mañana uno de los que iba a ser titular, Bruno Zuculini, tuvo que abandonar la práctica porque se resintió del desgarro en el isquiotibial de la pierna izquierda que sufrió ante Lanús en el encuentro de ida de la Sudamericana. De ésta manera Hauche ingresó al equipo y De Paul se retrasó unos metros.
El probable equipo para el sábado sería con: Saja; José Luis Gómez, Ortiz, Migliónico y Cahais, Villar, Pelletieri y Luis Ibáñez; De Paul; Hauche y Vietto. Además van a concentrar desde ésta noche: Nelson Ibañez, Saveljich, Quílez, Corvalán, Battaglia, Roger Martínez, Melillo, Rolheiser y Dinenno.

martes, 3 de septiembre de 2013

Esperando al zurdo


Lanús cerró la quinta fecha del Torneo Inicial con un triunfo sobre Olimpo, el único resultado que le servía, y lo hizo con contundencia por 3 a 0. Como muchas veces ocurre, el resultado bien pudo haber sido otro de acuerdo a algunas situaciones que a punto estuvieron de ocurrir. Contra los pronósticos, Olimpo manejo el mejor el balón hasta la mitad de la primera etapa, e incluso tuvo un par de situaciones muy nítidas para convertir, una de ellas fue antes de cumplirse el quinto minuto de juego, un cabezazo llovido de Pérez Guedes que devolvió el palo derecho de Marchesín. Durante ese lapso  Lanús no pudo manejar la pelota acuciado por los males de siempre: Equipo largo, de líneas muy distantes entre sí. Olimpo tuvo un acierto, y es haber superpoblado la mitad de la cancha, el talón de Aquiles del sistema de Guillermo: Con los tres delanteros demasiado lejos y de espaldas al arco rival, los tres volantes granates eran superados por  los cinco que ponía la visita en la franja que separa la línea media con los cuatro del  fondo. Por eso, la pelota no salía limpia y por momentos la defensa pasó más de un susto por desconcentraciones innecesarias, por irse del partido. Si Olimpo hubiese convertido alguna de las que tuvo, la historia bien pudo haber sido otra. Pero la visita no logró la apertura que por momentos mereció, y Lanús, a fuerza de garra y disposición para revertir la situación, en los veinte minutos finales empezó a pararse en campo contrario.  El equipo bahiense cometió el mismo error que cometió Belgrano en la fecha inicial -el partido de ayer fue un calco de aquel del debut- que no pudo sostener la posición de igual a igual para pasar a esperar más cerca de su área. Con bastante fortuna, Lanús pudo cristalizar lo que ya merecía en el minuto final, una buena apilada de Barrientos que estiró una gambeta para dejársela a Acosta, que llegaba con potencia y con todo el panorama del arco para fusilar a Champagne.

Lautaro Acosta fue la figura y volvió a convertir
El ataque granate está un escalón arriba del resto del equipo. La línea de fondo suele tener altibajos, casi siempre le ocurre en los arranques de cada tiempo, pero es sin dudas una de las mejores y más ordenadas. El medio es el sector a resolver. Es hora de discutir si a esta altura vale la pena sostener el esquema de tres atacantes netos, teniendo en cuenta principalmente que entre los seis delanteros que el técnico tiene a disposición no hay un solo zurdo: El diestro puede jugar por izquierda en la zona media, con más espacio puede enganchar para su pierna y meter la pausa, pero es casi imposible para un delantero con pierna cambiada doblegar en velocidad al último marcador y llegar a la línea de fondo para tocar atrás con la pierna boba y hacerlo con  precisión. Acosta puede jugar por derecha, y Melano también. Uno sobra. Y ese que sobra falta en el mediocampo, que normalmente queda en inferioridad y pierde la pelota, por lo que  la defensa retrocede para no quedar a mitad de camino y entregar la espalda, y así llegamos al equipo largo, la madre del borrego, el punto flojo de la idea de Guillermo. Cuando recupera y responde, así largo como está, recurre al pelotazo a la bocha de Silva, que siempre se las rebusca para sacar partido de las divididas. Eso sucede a causa de los muchos metros que separan a las líneas, es por eso que de tanto dar pases a dividir, de tanto perderla, el fondo recurre al zapallazo expeditivo. Cerca del arco rival, la categoría de los jugadores de Lanús alcanza para generar peligro y convertir: Hay caminos predeterminados: Centro de Velázquez, desborde y toque atrás del Laucha, centro a la cabeza para el Cali Izquierdoz, media distancia de Ayala. De pases y toques cortos, nada de nada: Y sin embargo, el gol que quebró el destino del partido fue con Barrientos entrando al área con la pelota al pie y muy atento para frenarse y ceder al Laucha el remate final desde mejor posición: Gol en tiempo de descuento y al descanso, el que lo convierte desata un carnaval en el vestuario, el que lo padece encuentra el suyo hecho un lamento.

Silva las peleó todas pero no estuvo derecho para el gol 
Sin embargo, en el complemento se repitió la secuencia: Un inicio con dominio de Olimpo y a partir de los , con más espacios, Lanús lo liquidó por el peso de las individualidades. El partido se definió a los 25 minutos del segundo tiempo con un tanto con sello a lo Lanús, pase medido de Velázquez al área chica, toque magistral de Ismael Blanco, que esta vez no desentonó, y se cerró el partido dos minutos después, también con otro de los argumentos típicos de este equipo: Desborde de Acosta, la figura de la cancha, pifia de Silva y llegada de Pasquini en soledad para definir con un toque corto. Como ante Belgrano, los quince minutos finales estuvieron de más. Pero antes del segundo gol, tal vez preocupado por el dominio de la visita, Guillermo Barros Schelloto  metió un doble cambio significativo y aleccionador: Afuera Melano, quien sufrió la pierna cambiada, y adentro Chávez; que a los pocos minutos sintió un tirón y dejó su lugar a Ismael Blanco;  afuera Barrientos -ser volante de recuperación no parece ser su condición natural- adentro Pasquini, por fin un zurdo, a colaborar con Velázquez por su sector, un acierto del entrenador que comprendió que Lanús invariablemente ofrece ventajas por esa banda.
25’

Ahora hay que volver a ir a Avellaneda para vencer nuevamente a Racing, que volverá a encontrarse con su público después de la derrota ante Lanús en el partido de ida por la Copa, y de las derrotas que la sucedieron, incluyendo la revancha en La Fortaleza ya sin Zubeldía. Se trata de tres puntos fundamentales para Lanús, que ya demostró amplia superioridad sobre la Academia, tres puntos que debería obtener con facilidad, si no fuera que estamos hablando del fútbol argentino, un torneo en el que todo puede suceder.

Marcelo Calvente