Mereciendo un marcador más
contundente a su favor, Lanús cerraba en La Fortaleza el partido de
ida por los cuartos de final de la Copa
Libertadores ante el Bolívar con victoria clara por 1 a 0, cuando en tiempo de
descuento, en la última contra que dispuso la visita, William Ferreira recibió
el balón en soledad, y desde 40
metros se animó a probar al arco de Agustín Marchesín.
El potente remate que paralizó a todos los presentes fue a clavarse en el
fondo de la red para sellar el injusto empate en uno, resultado que los
futbolistas visitantes -y su numeroso público- celebraron como una victoria milagrosa. El inesperado gol
boliviano será determinante en la revancha a disputarse en siete días, ya que
obliga al Grana a marcar al menos un tanto para seguir con vida, y ese gol
tendrá que salir a buscarlo a más de cuatro mil metros de altura, con todo lo
que eso significa para este plantel diezmado por las lesiones y el desgaste
causado por la caravana infernal de dos partidos por semana. Una vez más, Lanús
irá por la hazaña en las condiciones menos propicias, y nadie, ni el más
optimista de sus adversarios, puede darlo por muerto antes del final.
Lanús tenía la victoria, y se le escapó en el final |
El equipo de Barros Schelotto
salió a llevarse por delante a su rival con los argumentos de siempre: Parado en campo contrario y con tres hombres de punta, esquema de sobra conocido, sorprendió al Bolívar y lo incomodó como tal vez a ningún otro adversario. El equipo del Vasco Azkargorta, pensado para enfrentar rivales que atacan con dos, no encontró la manera de distribuir correctamente las marcas, sobre todo en los primeros quince minutos de juego, en los que se escalonó de la peor manera. Los extremos granates se llevaban a los laterales para el medio, donde los tres centrales celestes se reunían en torno a Ismael Blanco, y el resto del terreno era de Lanús, que perforaba por derecha con la terna conformada por Araujo, el Pulpito y Junior, y en menor medida, también por izquierda con Velázquez, Ayala y Astina. A los7’ , después de haber
desperdiciado dos claras para convertir, el Pulpito cambia la velocidad y mete un
pase vertical para Blanco, que con un toque maestro hacia la derecha puso a
Junior Benítez cara a cara para abrir el tanteador. Durante todo el primer
tiempo se mantuvo el dominio del local, mientras la visita ni llegó
a pisar el área de Marchesín.
La superioridad Granate se
mantuvo en la primera mitad del complemento, y en ese lapso dispuso de la más
clara para aumentar en los pies de Astina, luego de un potente remate de tiro
libre de Ayala que el arquero no pudo retener, y el pibe la tiró por arriba.
Pero a medida que transcurrieron los minutos fue mermando el nivel del equipo
local. De a poco se fue estirando, y sus jugadores a distanciarse entre sí. Los
intentos ofensivos perdieron velocidad y frescura, y con más espacios, el
Bolívar de a poco se empezó a animar. Sin generar ninguna chance clara para marcar, le fue
tomando la mano y desnudando el desgaste acumulado por Lanús. El pelotazo
certero y afortunado de Ferreira fue un golpe al corazón de la parcialidad local,
y una complicación que deberá afrontar en las inclemencias de la altura tan
temida. El gol de visitante del Bolívar lo dejó en desventaja de cara a la
revancha del próximo jueves. Si el cero inicial se mantiene hasta el cierre, el
enorme Lanús, último campeón de la Sudamericana y gran candidato para obtener
también la Libertadores ,
se despide sin conseguir el inédito doblete, mientras el limitado Bolívar que
tan mal luciera en la llanura bonaerense, confirmará su perfil de gran
revelación accediendo a una de las dos semifinales, algo jamás logrado por un
club de esa nación en la historia de esta legendaria competencia.
Hasta el instante fatal en que
Ferreira tuvo su ocurrencia, Lanús obtenía una victoria justa –aunque demasiado
austera n las cifras- imponiendo la mayor superioridad técnica de un equipo
sobre otro en esta instancia, al menos en lo disputado hasta allí. El maldito
zapatazo cambió el escenario, y el equipo de Guillermo pasó de banca a punto de
manera inesperada y sorpresiva. Ahora tiene siete días para reconstruirse,
aunque en el medio visitará a Boca para disputar tres puntos fundamentales para
lograr el otro objetivo que sigue en pie: Clasificar a la próxima edición de
esta misma Copa, sitial de singular importancia -tanto en lo económico como en
lo deportivo- que pelea mano a mano con San Lorenzo y Gimnasia.
Pese a tanta adversidad, Lanús avanza y da pelea como un
gladiador herido. Sabe que no la tiene fácil pero confía en su espíritu competitivo,
y no bajará los brazos mientras tenga esperanzas. A los tumbos, con ausencias
determinantes y un enorme cansancio a cuestas, el equipo Granate está llegando
al final del semestre, y de actuaciones heroicas y victorias inolvidables conoce lo suficiente como
para volver a intentarlo.
Marcelo Calvente
yo digo marcelo,lanus,¿no demostro holgadamente que ante estas paradas bravas siempre c la banco y paso de ronda?a mi no me quedan ninguna duda que por mas de los 3600 metros de altura,lanus pasa de ronda,por que por lo demostrado anoche por el equipo boliviano,el rival mas dificil no es bolivar ,esta claro
ResponderEliminar