Con
todo el fútbol argentino con un oído pegado a La
Fortaleza , Lanús no pudo lograr ante Tigre el que podía haber sido su
10º triunfo consecutivo jugando de local, apenas una de las evidencias del gran
momento deportivo del equipo de Guillermo Barros Schelotto. Dejando una imagen
deslucida en el juego y austera en lo que respecta a despliegue y movilidad, aunque
desbordante de actitud competitiva, el empate en cero final le impidió subirse
a la primera línea de la pelea por el título. A punto de comenzar la 17º fecha
del Torneo Final 2014, Gimnasia (30) -su próximo rival- mantiene su ventaja de
dos puntos sobre Godoy Cruz y River (28), Colón y Estudiantes tienen 27, en
tanto Lanús suma 26 unidades, y sólo seguirá con vida en caso de ganar en el
Bosque ante el equipo del bueno de Pedro Troglio. No es absurdo conjeturar que
el que gane los tres partidos será el campeón, y en cambio sí lo es suponer que
los compromisos que faltan disputarse resultarán sencillos para los seis de
arriba.
Con
nueve titulares en cancha, Lanús no pudo generar peligro y en cambio la visita
tuvo cuatro o cinco muy claras que no supo definir. Demasiado estático, con
jugadores que hacían un esfuerzo pero no dos seguidos, por eso luego de un
ataque fallido cinco y hasta seis granates volvían caminando, desentendidos de
las tareas de recuperación de la pelota, lo que bien pudo costar la derrota. El
Grana lució cansado y confuso a punto tal que Marchesín, en tiempo de
descuento, con dos minutos por jugar, en un corner a favor solicitó permiso
para buscar el cabezazo goleador inmortalizado por Chiquito Bossio, decidido a
apostar a todo o nada el punto que Lanús ya tenía en el bolsillo, algo que
lógicamente le fue denegado por el entrenador. La mayoría de estos jugadores
habían superado claramente al Santos Laguna en el desierto mexicano hace apenas siete días. Los baluartes
de esa victoria que no estuvieron ante Tigre fueron Izquierdoz (suspendido), Araujo y Ayala,
que descansaron -aunque el segundo ingresó a los 25' del complemento- y el as de espadas,
Lautaro Acosta, marginado por una lesión, reemplazados respectivamente por
Matías Martínez, Firulete Silva, Fernando Barrientos e Ismael Blanco,
excelentes valores todos ellos, pero un escalón debajo en cuanto a calidad de
prestación respecto de los suplidos. Quien no esté convencido que el bajón es
de origen mental, que empiece a preocuparse. Está muy bueno dar pelea en los
dos frentes, siempre y cuando no te desangres antes del final.
Lanús, consolidado entre los mejores de América del Sur |
No sería
irrespetuoso afirmar que estamos ante una Copa Libertadores muy accesible, que
entre los ocho mejores del continente no hay equipos de excelencia, y que la mayoría de las grandes figuras brasileñas han quedado en el camino. El rival de cuartos de final es el Bolívar, la
gran sorpresa del torneo, una verdadera incógnita saber cual es su techo
-porque su piso es sabido, está a 4.200
metros de
altura- un gran interrogante que los sacrificados futbolistas granates deberán
sortear el próximo jueves
para tratar de meterse entre los mejores cuatro. Uno imagina que es ante este tipo de
circunstancias donde la experiencia de varios de sus jugadores, como Araujo,
Goltz, Maxi Velázquez, Somoza, Silva y Acosta, si es que puede volver antes del cierre, con
jóvenes de auspicioso presente como Marchesín, Izquierdoz, Ayala, el Pulpito,
Barrientos y Junior Benítez, cuando el fuego sagrado del último campeón
sudamericano tiene que reaparecer. Varios de ellos son capaces de sacar una diferencia suficiente
como para depositar la
Copa en
las vitrinas del club, además de los millones por su pase a alguno de los
mejores equipos de Europa, cuyos cazadores de talentos en suelo americano
trabajan contra reloj, ya que el próximo Mundial se interpone a la apertura del
libro de pases en el viejo continente. Independientemente del resultado final
de Lanús en ambas competencias, el ciclo anual que culmina en semanas resultó
espectacular para el club, logrando un posicionamiento entre los mejores del
continente y poniendo en la vidriera internacional a varios de sus futbolistas.
Pronto vendrán por Marchesín, Goltz, el Cali Izquierdoz, Ayala, el Pulpito y
cualquiera de los delanteros que tengan un cierre estelar. Habrá que elegir muy
bien de quien es hora de desprenderse.
Guillermo
ha dado sobradas muestras de diagnosticar correctamente cada dificultad que
debió sortear desde su asunción, evidenciando ser un conductor certero y
respetado por los integrantes del plantel. Hasta ahora ha superando con acierto
cada instancia crítica que obstaculizó la marcha del equipo, y no debe estar
muy conforme con lo poco que entregó ante Tigre. Tendrá que ajustar su mira,
evaluar correctamente el estado físico y mental de cada uno de los jugadores, y
así como resolvió que Araujo y Maxi Velázquez deben descansar más que los
demás, no equivocarse al decidir quién juega
cada partido es para el
Mellizo el desafío de la hora.
Lanús
tiene un tercer objetivo oculto detrás de la doble gran ambición: Clasificar a
la próxima edición de la
Libertadores a
disputarse en 2015, sitial por el que compite punto a punto con San Lorenzo y
Gimnasia, que también se decidirá al cabo de estas tres últimas fechas del
torneo local. Se trata de un logro imprescindible para solidificar la
pertenencia a la mesa chica a la que sólo acceden las entidades más poderosas
del fútbol de América del Sur, notable vidriera y fuente de ingresos muy
importantes para el club y los jugadores. Por eso sepan disculpar, terrícolas.
En Lanús, la humilde ciudad del gran Buenos Aires nacida a fines del siglo XIX, la misma que
creció con el sufrimiento por las injusticias y las desgracias deportivas padecidas
por el club que acuna desde 1915, hoy vive la hinchada más feliz del planeta, y
nada, ni siquiera la no consecución de alguno de los tres objetivos que está disputando, puede empañar tanta felicidad.
Marcelo Calvente
marcelocalvente@gmail.com
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