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sábado, 10 de agosto de 2013

Una cuestión de medidas


Es curioso el fútbol. Sobre todo su reglamento, un compendio de normas centenarias, intercaladas con aplicaciones y recursos del futuro. Pronto el árbitro tendrá un sensor que le avisará directamente al oído cuando una pelota entró en uno de los arcos, es decir, cuando entró la totalidad de su circunferencia. Aplicar esta normativa, claro, será la tarea de las asociaciones de cada país, y poder pagarla solo de algunas, pero significará indudablemente un perfeccionamiento notable en lo que respecta a la seguridad de que un tanto que puede costar la clasificación a un mundial o la derrota en la final de otro, será otorgado o no con certeza absoluta por parte del árbitro. Sin embargo en lo que respecta a los campos de juego el reglamento atrasa notablemente, y es llamativo que no se discuta que entre las dimensiones de dos campos de juego reglamentarios de equipos que participan de una misma liga puedan existir tantas diferencias.

Lucha y forcejeo en el choque entre Rafaela y Lanús
Lanús perdió con Rafaela uno de esos partidos que suele perder cuando le toca visitar una cancha de dimensiones muy reducidas. Le pasa con Olimpo, con Tigre, con Argentinos, con All Boys, son visitas en las que aquel que tiene una idea de juego definida la tiene que cambiar o sucumbir sin remedio, porque el tamaño del terreno así lo exige, y al modificar su juego pierde la ventaja que significa disponer de una determinada línea futbolística, y tiene que ensayar y contrarrestar con el intercambio de pelotas al área desde donde sea, el trabajo de la semana, del mes y del año y la categoría de los players se convierte en moneda al aire, a cara o cruz. Condicionado por el saber que el área está mas cerca, además de lo tanto más cerca que parece estar a simple vista, está más cerca aún en la cabeza del jugador que no puede identificar compañeros y rivales en el tumulto. Condicionado por un terreno incomodo, evaluando los pro y los contra, Lanús salió a jugarle a Rafaela de la misma forma que Rafaela le jugó a Lanús: Pum para arriba...

La FIFA es poco certera al admitir para los torneos locales un máximo de 120 metros de longitud  y un mínimo de 90, y como ancho máximo 90 metros y ¡45 metros de ancho mínimo! Para el fútbol internacional ajusta la cincha: Máximo 110, mínimo 100. Es lógico que en los reglamentos del siglo XIX sean amplios al respecto, todo estaba en sus comienzos y privaba la esencia amateur y la honorabilidad deportiva. Viendo lo mucho que ayuda a los equipos que tienen reducto pequeño a la hora de enfrentar a un rival claramente superior, es lógico pensar que respecto de las medidas de los terrenos se debería reglamentar con mayor exigencia en bien de la máxima equidad posible para todos los participantes. En la Argentina, todos los que pueden, tienen campos de 105 x 70, con algunas salvedades como Racing, con 78 de ancho, o San Lorenzo con 110 de longitud. Pero hay terrenos como el de Olimpo cuyo largo es de 94,5 x 70 de ancho, más diez metros menos de longitud que el común, o Argentinos y All Boys, que restan cinco de largo y cinco de ancho cada uno, con 100 x  65. El de Rafaela es el más chico de todos: 95 x 60, 10 metros menos de largo, diez menos de ancho, el peor que le puede tocar a los equipos como Lanús. El sensor para la línea de gol puede esperar, es hora de ser más exigentes con las dimensiones de los campos. Hay clubes que van haciendo notables mejoras en estadios antiguos con campos chicos, como los de All Boys,  Banfield y el propio Rafaela, pero hay otros construyeron nuevos estadios también con campos de medidas reducidas, como Quilmes y Argentinos. No puede haber semejante diferencia entre los terrenos de juego de una misma categoría, la FIFA permite reglamentarlo mejor, aunque no deje ningún dividendo por compra suntuosa. Fijar reglas mejores es gratis, muchachos, que se le va a hacer…

En la cancha de Atlético Rafaela no existe el medio campo. Por eso los partidos se juegan de área a área y suelen ser muy entretenidos y con muchos goles, pero se juega a eso y a ninguna otra cosa. Algunos espacios aparecen si se abre el marcador, ahí el que pasa a ganar cuenta con esa ventaja adicional de poder meter una contra fulminante de tres pases. El local tiene un equipo totalmente renovado, con pocos jugadores del torneo pasado en cancha, refuerzos de escaso vuelo, un equipo decidido a tratar de mantener la categoría apretando los dientes y lo que sea. Le costará mucho sumar de visitante si no establece un mecanismo de contra como el que tenía Belgrano hace dos meses, por eso tiene que ganar de local, donde cuenta con la inmejorable ventaja del terreno pocket de su estadio.

Un reglamento demasiado flexible permite jugar en Rafaela, un absurdo
No existen grandes diferencias entre Rafaela y Belgrano, sin embargo a ambos le tuvo que jugar de diferente
manera: El domingo pasado ante Belgrano, ayudado de la normalidad de las medidas del campo, con paciencia y rigor táctico, tratando de respetar la posesión del balón y entregarlo por el piso y al pie, Lanús jugó a su manera y lo hizo bastante bien, sobre todo después de la primera conquista que le facilitó la tarea. Frente a Rafaela no pudo combinar más de tres pases seguidos, todos excepto Santiago Silva -lejos el mejor de Lanús- tuvieron una tarde para el olvido, sobre todo Agustín Marchesín, Paolo Goltz, Carlos Araujo y el Cali Izquierdoz, con errores que incidieron en los dos goles del local, ambos definidos con un toque en el área chica. La única vez que en ataque se intentó una jugada con pelota parada, el Pelado convirtió también con un remate sobre la línea de gol. Mientras aún festejaban esa conquista llegó el empate y pronto el desnivel para Rafaela, un resultado que Lanús ni cerca estuvo de poder revertir. Nada más. Partido de fútbol, de eso que siempre llamamos fútbol, no hubo. Todo salió a medida del limitadísimo equipo local, empezando por el campo de juego.

Marcelo Calvente


1 comentario:

  1. No es para tanto, para mi el medio no genero juego y velazquez con acosta se chocaban sin sentido, el Cali jugo de 3 por que tenia que cubrir las espaldas, gonzalez, somoza, ayala no lo ayudaban y siempre se las arreglo solo, se quedo corto en 2 jugadas y vinieron los goles, me parece que caerle con rigor no es correcto a una defensa que saca todo lo que pasa y ahora se encuentra con el problema que los contrarios dentro del area tiran boludeces y les salen , la defensa hace lo correcto pero contra los chiripazos no se puede.

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