Vélez y Lanús disputaban algo más
que tres puntos. Ambos candidatos a pelear el título, los dos en la Copa Sudamericana , debían y querían
ganar, pero por sobre todo sabían que no podían perder. Vélez, porque la tiene
complicada con Belgrano, y aunque no se reforzó como el resto de los candidatos
y su apuesta mayor, Mauro Zárate, se desgarró al primer movimiento brusco, su
piso natural es entre los cinco primeros, y conoce de logros recientes que le
permitirían no repetir sin mucho drama. Lanús también sabe que tiene que pelear
porque su lugar lógico es entre los de arriba, así lo indica la tabla acumulada
para el descenso, pero el granate tiene una exigencia mayor: Ya son muchas
temporadas de estar ahí del título, y son demasiadas las frustraciones, las
derrotas dolorosas e irreversibles en el partido que no se podía perder. Por
eso Lanús se armó para ser campeón, el objetivo surge naturalmente de la
inversión realizada, la eficacia para conseguir con tiempo los refuerzos, y el broche
final de la llegada de Santiago Silva, un goleador como los que no hay muchos
en el fútbol argentino. Ninguno de los dos equipos debía perder y ninguno
perdió, pero el empate tampoco le sirvió a nadie.
Vélez - Lanús, o el vuelo permanente del balón |
Si algún choque de este fin de
semana prometía, era este Vélez-Lanús, en tanto las estrellas de River, Racing,
Boca y San Lorenzo pierden brillo y suman interrogantes, el ganador del partido
se prendía arriba. Pero el trámite resultó tortuoso de principio a fin, los
pases al contrario dominaron la escena. En ese marco deslucido e impreciso,
Lanús fue levemente si no mejor, al menos más ambicioso. Los primeros quince
minutos de la etapa inicial fueron una gran confusión, en el segundo cuarto
Lanús fue algo más, y en los últimos quince Vélez equilibró y ambos tuvieron un
par de borbollones a favor que bien pudieron haber terminado en gol. Pero el
espectáculo que brindaron desde el inicio hasta el descanso fue decepcionante.
Lanús arrancó mejor el segundo
tiempo y tuvo la iniciativa hasta los 25 minutos, en ese lapso, con el único
argumento de poner la pelota en el área rival para ver que pasa, contó con tres o cuatro peloteos de los más
peligrosos, esos que se producen en las narices del arquero rival. En la
segunda mitad del complemento, complicado por algún cambio que empeoró las
cosas, un poco desalentado por lo mal que estaba jugando, Lanús empezó a perder
dominio y a mostrar distracciones y confusiones en el fondo, huecos en el medio
y desconexión absoluta con los de arriba, es un equipo diferente al que fue
hace algunos meses, que ahora tiene a Silva donde no tenía a nadie, que tiene
al Laucha en lugar de Regueiro, que mantuvo el armado defensivo, incluyendo al
Pulpito y al paraguayo, y que trajo a Somoza y principalmente a Ortiz para
reemplazar a Pizarro. Pero vaya a saber si porque lo individual complica lo
colectivo o viceversa, el Mellizo tiene una idea táctica, 4-3-3, pero no logra
escalonarse como ese dibujo exige, y ser un bloque que ataca y defiende por
igual, con los diez de campo abocados a la doble tarea con solidaridad,
tratando de mantener los espacios cortos. El semestre pasado, en algunos
partidos lo logró, en otros no. En este no lo logró nunca, y debe estar
preocupado.
Vélez - Lanús, pum para arriba... |
Salvo por momentos ante Belgrano,
Lanús no pudo volver a hacer control de balón. Nunca fue aquel equipo que entraba al área con toques cortos y pases gol de la primera mitad del Final, esta versión apenas genera peligro por la vía del juego aéreo, y padece por demás en defensa por la misma vía. Guillermo parece saberlo, e intenta desesperadamente resolverlo con cambios inesperados. Afuera el Laucha y el Pulpito, dos de los mejores ante el Pincha, para darle la chance a Junior Benítez y al Pochi Chávez, Pablo Coelho por Saramago, Arjona por Spinetta, los Globetrotters porla NBA. Intentos desesperados,
sólo y vaya uno a saber porque, posibles en la cabeza de Guillermo, cambios que
no prosperaron, Benítez y Chávez no están con la cabeza en la cancha, están en
el firulete y la pérdida innecesaria y peligrosa del balón, demasiada tendencia a
bartolear, no levantan la cabeza. Lanús es equipo sin conexión horizontal, los
pases son siempre para adelante y a dividir. Y dividir la pelota casi siempre es perderla.
Ambos equipos defraudaron y se
defraudaron, ambos planteles y cuerpos técnicos deben estar preocupados. No
encuentran rumbo futbolístico, ganan poco, y la próxima fecha será la 5ª, y un
cuarto de Torneo Inicial se habrá disputado sin que ninguno de los candidatos,
excepto Newell’s, validara sus diplomas con buenas actuaciones, en tanto
Argentinos, Gimnasia y Arsenal sorprenden y se acomodan en los puestos de
arriba. Para Vélez y Lanús el empate fue
como una prórroga hasta ver que pasa entre semana por la Copa. Pasar de ronda sería un
incentivo para ambos, pero la superar la pobreza futbolística no depende de ese
resultado sino del trabajo. Corregir los defectos, encontrar el equipo, es el
desafío de ambos entrenadores. Guillermo Barros Schelloto hace bien en seguir intentando
con tres delanteros. Tiene atacantes como para hacerlo. La pregunta es si
encontrará el mediocampo adecuado para sostener esa idea, y si conseguirá
recuperar la tenencia de la pelota, uno de los principales atributos que supo
tener, y que perdió con la partida de Pizarro.
Marcelo Calvente
bien el comentario .pero a mi manera de ver .el guille tiene q dejar (creo )el capricho de lado y formar un medio con pulpo.mas adelantado ,somosa de 5 ,pasquini por la izquierda y por la derecha barrientos suelto haver si puede hacer la funcion de baleri .sin la precion de tener q marcar .ou otro q sea por la banda derecha menos el pochi .un granabrazo.
ResponderEliminarMuy liviano tu comentario Marcelo. Son los de un hincha común, criticando a dos jugadores que no han tenido continuidad...
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