El fútbol argentino es realmente
sorprendente. Acabo de comprobarlo. La versión digital del diario Ole tiene en
punta un video que hay que ver: Es una verdadera postal de nuestro fútbol, que
es lo mismo que decir del pueblo argentino. Una evidencia de que esto somos, en
general. La imagen muestra a un sector del estadio de Quilmes, la escalera de
acceso a la platea oficial, el tramo descendiente que concluye en la planta
baja. Allí, en los tres últimos escalones, un señor de baja estatura, con
anteojos, muy excedido de peso y de aproximadamente unos 60 años, de espaldas a
la cámara recibe tres trompadas de parte un atlético joven, sin nadie cerca
como para impedir semejante acto de cobardía en un lugar donde hay miles de
personas: Pegarle a quien no quiere ni puede dar pelea justa. ¡Cagate de risa!
El agresor era Nelson Vivas, técnico de Quilmes, quien llegaba como una tromba directo
desde la cancha una vez concluido el encuentro del local ante Rafaela -empate
en uno- por la 12ª fecha del Torneo Inicial. ¿Nadie lo pudo impedir, nadie lo
vio pasar, nadie nada? Pero alguien lo filmó y bastante bien filmado,
últimamente siempre alguien filma todo…
Nelson Vivas, el agresor, aún no presentó la renuncia |
Supongamos que este caballero
agredido sea uno de esos que uno conoce y que habitan en todas las gradas, ese
hincha muy argentino que uno se pregunta para qué carajo es hincha si no hace
más que ver todo mal, que sufrir, que putear y maldecir a todos y amargarse
como un condenado desde el inicio mismo
de cada partido del club de sus amores, y que lo hace con tanta efusividad que
te impide a vos, su vecino de sector de la tribuna, disfrutar lo bueno,
entusiasmarte con una jugada al menos bien intentada y hasta alegrarte si el
rival acaba de desviar un penal. “No te
alegres tanto, pibe. En la próxima que llegan nos vacunan…” escuchás que
dice, siempre tiene algo malo que decir, y por momentos sentís un deseo
irrefrenable de saltar sobre él y
cagarlo bien a trompadas, con ganas, para que aprenda, para que se deje de
romper las pelotas con tanto pesimismo, que se vaya a pesimismar gente a otro
lado. Pegarle justicieramente diciéndole
“¿No veis acaso, pedazo de hijo de puta,
cuan hermosa es la vida?” Pero claro, no lo hacés. Porque por muy hincha
que seas, te considerás una persona inteligente, educada, que no tiene maldad
-no más que la media que todos tenemos- porque las trompadas son cosas del
pasado, y que una cosa es pelear contra un contrincante que quiere dar pelea y
otra muy distinta es agredir sin avisar a un señor mayor, con anteojos, bajito
y regordete, cuando se tiene juventud y la salud de quien apenas hace unos años
acaba de concluir con una carrera de futbolista profesional internacional.
Nelson David Vivas, nacido en
1969 en Granadero Baigorria, y debutó en Quilmes en 1990 como marcador lateral.
En junio de 1994 su pase fue adquirido por Boca Juniors, en donde se destacó
hasta ser transferido luego de cuatro años de titularidad al fútbol europeo.
Entre 1998 y 2001 jugó en el Arsenal de Inglaterra, luego otros dos años en el
Inter de Milan. A mediados de 2003 volvió al país para desempeñarse durante un
semestre en River y cerró su campaña jugando un año más en Quilmes, el club que
lo vio nacer. Integró los planteles argentinos que participaron de los
mundiales 1998 y 2002 a
las órdenes de Passarella y Bielsa respectivamente. Luego del retiro, trabajó
como ayudante de campo de Simeone en sus campañas al frente de Racing,
Estudiantes y River. Tuvo su chance al renunciar Omar De Felippe a fines de
junio del presente 2013, cuando se subió a la elite de los técnicos de la primera
división en el fútbol argentino, haciendo sus primeras armar en su entidad de
origen y con gran crédito de parte de su gente, una situación con la que muchos
buenos entrenadores sueñan en vano toda una vida. Lamentablemente, todo indica
que su floreciente carrera acaba de terminar. Y que debería repensar muy bien
que es lo que le ha pasado, como ha cometido semejante locura siendo una
persona que ha vivido en Inglaterra e Italia una vida de lujos y placeres, y
que tiene asegurado el futuro de sus bisnietos.
A centímetros de una anciana con bastón, Vivas agrede |
Reconociéndome como uno de los
que tantas veces dirime diferencias a las trompadas, no deja de asombrarme lo
vil y desigual de la agresión, un acontecimiento que nunca debería haber
ocurrido, sobre todo en estos tiempos de desarrollo de las comunicaciones, sobre
todo tratándose de uno de los actores más expertos ante las cámaras, un técnico
de primera, una persona que ha desarrollado su carrera con mucho éxito, uno de
esos hombres públicos que aprendieron
hace rato que en el fútbol todo se filma y todo se reproduce, y por eso se
acostumbraron a taparse los labios al hablar, por si las moscas. No puedo no imaginar las llamadas que habrá
recibido el agredido, los tantos abogados que habrán hecho la cuenta de lo que
Nelson Vivas -hombre millonario en dos cifras de moneda europea- le debe, si el
hombre decidiera recurrir a la Ley …
El incidente era de por sí poco
habitual, uno más de los episodios alucinantes que riegan cada jornada el
terreno donde se desarrolla nuestro fútbol. No es el del juego, ni de las
tácticas, ni siquiera el de las estadísticas precisas, sino el terreno
amarillento del despropósito y la comidilla de cada día. En eso estaba pensando
mientras elevo el volumen de la radio, cuando escucho a Mariano Clos presentar
al hincha agredido, quien asegura en el extenso reportaje que está sorprendido,
que él no lo insultó aunque sí otros hinchas que estaban cerca suyo, que solo
le gritó “¡Vivas, (los árbitros) nos
están afanando todos los partidos, hacé algo..!” y que por eso no entendió bien cuando Vivas le
respondió “Sí, esperame dos minutos”,
aproximadamente el tiempo que tardó en aparecer como un comodín de Titanes en
el Ring y sorprender a todos, sobre todo a él mismo, el hincha al que estamos
haciendo referencia, que con mucha calma y generosidad agregó: “No pasa nada, lamento que le haya pasado
esto, me entendió mal. No voy a hacer ninguna denuncia, ni creo que el deba renunciar, ya pasó,
fue un mal momento de Vivas que pienso dar por terminado. Quiero que él sepa
que yo siempre lo apoyé y lo seguiré apoyando, que entiendo su error y que no
necesito que me pida disculpas…” señaló minimizando además el hecho de que
tenía lentes y no presentó pelea, y luego agregó como para que nos quedemos
pensando: “Si hubiese sido De Felippe sí,
me lo hubiera merecido, porque a ese lo putié en todos los colores. Ese si que
me tendría que haber matado…”
Marcelo Calvente
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