Hacia mediados de siglo XIX, en
las enormes estancias del Riachuelo hacia el sur, gringos y criollos explotaban
la cría, los saladeros, el tambo, la lana y el cuero. Pronto aparecieron las
casas de descanso, y a partir de 1871 se agregó buena parte de la estampida de
porteños que desató la fiebre amarilla. Suele pensarse al ferrocarril como el
generador del desarrollo de la zona, pero no fue así, nunca es así. La economía
local lo preexistía, aunque la llegada masiva de familias distinguidas le dio un nuevo sentido comercial al
emprendimiento. Los alrededores de las paradas del tren fueron los terrenos más
buscados por los pioneros que lotearon las primeras villas, las que pronto tendrán
mayor evolución. De a poco los ricos se fueron llevando sus vacas y ovejas más
al sur, y sus enormes pastoreos fueron vendidos por partes para el loteo de
nuevas villas. Guillermo Gaebeler llegó en 1888, y en cómodas cuotas loteó 44
manzanas delimitadas por Basalvibaso, Arias, Eva Perón y Madariaga, según sus
actuales nombres. 27 años después, cuando todavía estaba a medio poblar y se
luchaba a brazo partido contra las inundaciones, en el corazón de Villa General
Paz, el 3 de enero de 1915, nació el Club Atlético Lanús en referencia a la
pequeña parada del tren que llevaba el apellido del francés dueño de la
estancia preexistente, quien había donado enormes terrenos al ferrocarril. No
fue una veintena de jóvenes de clase media y baja como los que fundaron a los
demás clubes con la única ambición de practicar fútbol y competir en las ligas
oficiales e independientes que surgían con el boom del nuevo deporte; a Lanús
lo crearon los vecinos distinguidos de aquella naciente Villa General Paz, y
solo un par de ellos jugaban al fútbol.
Al principio nada fue sencillo.
El 11 de abril de 1915, la flamante entidad de tres meses de vida
-ocupando la plaza dejada por su vecino en caída libre, el Lanús United- con un
rejunte de jugadores para la ocasión, debuta en la división Intermedia de la Asociación Argentina
de Football en la Isla Maciel y su
primer equipo es derrotado por el local, el desaparecido club Buenos Aires Isla
Maciel por 3 a
1. En 1916 perdió la categoría en el terreno de juego, pero la Asociación lo mantuvo
en Intermedia argumentando que su cancha era una de las mejores, ocultando que
se debió además a las aceitadas relaciones políticas de algunos de los socios
fundadores más caracterizados. Durante los primeros años siguió actuando en la
principal categoría de ascenso con muchas dificultades, tanto en lo deportivo
como en la faz institucional. Los jóvenes pitucos que aún no se desvelaban por
el fútbol se inclinaron con fervor por el escolazo, y el club se fue
convirtiendo en un bullicioso garito donde se jugaba hasta la madrugada. En
1919 se empieza a formar el que sería su primer gran equipo, con la llegada de
refuerzos de categoría como Miguel Ainzuain y Adolfo Sacarello, ambos de
Independiente, además del insider Pedro Raggi, de Rosario Puerto Belgrano. Al
finalizar el torneo, el equipo granate culmina segundo a siete puntos de Banfield,
pero accede a la primera división a causa de una crisis organizativa desatada
por un grupo de clubes en conflicto, entre ellos varios grandes, los que crearon una
nueva entidad rectora, la Asociación
Amateurs de Football. Consumada esa ruptura, los seis mejores
equipos de la tabla final de Intermedia, entre ellos Lanús, ascendieron por
decreto con el fin lograr un número razonable de competidores en la máxima
categoría de una muy debilitada Asociación Argentina de Football.
La Fortaleza en 1932, se ven las calles Arias y Madariaga |
En estos cien años de vida, como
casi todos los clubes condenados de antemano al segundo plano, debió luchar
contra el poder y las injusticias que imponía la Asociación, dirigida
por los grandes, y lo hizo siempre con armas dignas, con equipos conformados
por muchos de los pibes de esos barrios, que dejaron para el recuerdo de
propios y extraños grandes formaciones, todas con un sello inalterable: el
juego de ataque. Desde entonces, y hasta entrados los años 90, recorrerá un duro
camino en el que los sinsabores dominaron la escena. Hasta el retorno a primera
de la mano de Miguel Russo, el hincha granate convivió con el sufrimiento:
Descenso con increíble injusticia en el 49, la gran ilusión de los años 50 que
naufragó en el 56, la bronca y la desconfianza de sus hinchas por aquella inexplicable
derrota en Arias y Guidi ante River cerca del final del torneo, y la curva
descendente que lo llevó de nuevo a la “B” en el 61. Las dificultades para
volver, la milagrosa y fortuita conformación de una delantera para el recuerdo,
con Silva, Acosta y De Mario como solistas, el retorno de 1964, las memorables
jornadas en las que Manolo Silva se inspiraba y Acosta convertía, y el abismo
que vino después, en los oscuros años 70, que concluyó con las tres temporadas
en la “C” hasta lograr la vuelta a primera en el 81 con un poderoso equipo
conformado por los pibes de la cantera, jugando un fútbol acorde con la
historia del club.
Una rica historia en la que
subyacen las leyendas granates más hermosas: La de los hermanos Volante; la
gran campaña del año 27; el fútbol de Daponte, Guidi y Nazionale; el recuerdo
de Los Albañiles, los pibes del viejo Guerra; la historia de José Luis Lodico; la
consolidación en primera con Miguel Russo; el equipo de Cuper Campeón de la Conmebol; el inolvidable
retorno de Huguito Morales, la vuelta olímpica en la Bombonera con los pibes
de Ramón y la enorme conquista internacional de la Sudamericana 2013, son la postales más bellas que
Lanús, como muy pocos clubes argentinos nacidos para ser chicos, atesora en desván
de sus recuerdos: una historia gloriosa y singular que es indispensable
analizar y difundir, y que dado el extraordinario presente deportivo, institucional
y financiero, augura un futuro aún mejor, y justifica holgadamente la fiesta que
la ciudad pasional y futbolera se dispone a celebrar por estas horas.
Marcelo Calvente
una nota para disfrutar. Muy buena
ResponderEliminarPerdon la correccion , pero lanus no nacio para ser un club chico , lanus nacio para ser un club de mucha gente y que vive gracias a esa gente que alimenta todos los dia el club
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