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domingo, 13 de abril de 2014

Flores en el Bajo Flores


El fútbol tiene estas cosas. En su última conferencia de prensa, un mellizo calmo, casi resignado a sucumbir ante la mala fortuna que lo puso en el camino del lejano Santos Laguna, seguramente contrariado por las tontas suspensiones de Somoza y Silva, dos piezas fundamentales de su engranaje, que sumado a la merecida del Cali Izquierdoz, más las lesiones de de Goltz, Acosta, Melano y lo de Pereyra Díaz, el Mellizo había perdido parte de la confianza en el futuro, al menos eso decían su gesto y su semblante del jueves último ante la prensa. No era para menos. Pasar al Santos Laguna para seguir en la Copa será una tarea muy difícil, más que por las virtudes del rival, que las tiene, por lo desgastante del viaje, en medio de la caravana infernal de partidos. Pensando en el otro objetivo, la competencia local, el panorama no era más alentador: Debían descansar todos los que no están al margen del partido de ida ante los mexicanos, a disputarse el próximo miércoles en La Fortaleza. Y tres días antes visitar al puntero San Lorenzo, que ponía en cancha a varios de los mejores, porque inicia el duelo de octavos de final de la Libertadores una semana después que Lanús. Tan sólo Gentiletti,  Prósperi, Ortigoza y Piatti no serían de la partida. No había forma de que Guillermo estuviera exultante en la conferencia de prensa, sobre todo si además recordaba la cantidad de penales en contra sancionados, los penales a favor negados, los goles a favor mal anulados y los en contra mal habilitados por los árbitros en las dos competencias. No era muy alentador que digamos el futuro inmediato.

Astina convirtió el primero y asistió en el tercero y el cuarto.
Lanús salió a la cancha con jugadores que aún no habían rendido lo esperado, como Alejandro Silva, Martínez, Pasquini, Barrientos, más los pibes Valdez Chamorro y Astina, sostenidos por la columna vertical que componen Marchesín, el Cali, Somoza y Silva por el eje de la cancha. San Lorenzo venía entonado por su gran victoria ante un inexplicable Botafogo. Podía pasar cualquier cosa. Pero los sustitutos cumplieron con creces, sobre todo Alejandro Silva y Martínez; y los pibes decididamente la rompieron. Astina tuvo un arranque algo dubitativo, demasiado solícito para con Silva, le cedió pelotas que debía definir para él. Y Valdez Chamorro en el primer tiempo fue la manija, arrancando unos metros más atrás, se movió con mucho criterio para armar las jugadas de ataque y entregó la pelota con precisión. Con la batuta de Somoza, de excelente tarea e ingenioso y certero para dar el primer pase, Lanús se llevó por delante a San Lorenzo -pese a que un viento de otro mundo soplaba a favor del Ciclón- y se fue al descanso venciéndolo por 2 a 0 con goles de Astina y Valdez Chamorro.

Los locales, ahora con viento en contra, salieron con todo a disputar el complemento, y  paradójicamente acorralaron a Lanús pese a que la circunstancia climática pateaba para el arco de Torrico. El descuento no demoró: Enzo Kalinsky marcó a los 12’ y el público se guardó su fastidio para brindar un renovado aliento para el local. Parecía que se venía la noche. Pero Lanús lo emparejó, y empezó a llegar más que el  local, que rebotaba contra los del fondo Granate. Astina empezó a sacar diferencias por la izquierda del ataque, a las espaldas de Bufarini, a pura gambeta en velocidad y dando pases milimétricos y punzantes, abrió los caminos de los goles del Pulpito, con un gran remate de media distancia,  y el segundo de Valdez Chamorro, que ahora jugaba más adelantado, aprovechando los espacios que el local cedía por la otra banda, con una buena definición ante la salida del guardameta papal. 

Valdez Chamorro volvió a brillar ante El Ciclón.
No siempre se golea por 4 a 1 a San Lorenzo en su reducto. Ni siempre los que no juegan seguido se lucen de la manera que lo hicieron ayer varios jugadores granates. Y sobre todas las cosas, últimamente no se producen muchas apariciones como las de estos dos pibes, con tanto talento, y tan desequilibrantes como Astina y Valdez Chamorro. En la noche del Bajo Flores Lanús se floreó con el puntero, y lo desplazó de la posición de privilegio, que ahora es de Estudiantes, para quedarse circunstancialmente como único escolta a dos puntos del Pincha. Pero por sobre todas las cosas, obtuvo una victoria de suma importancia en el momento preciso, cuando las fuerzas empezaban a flaquear y los imponderables, los malos arbitrajes, le desgracia del viaje que se viene, el cansancio, las lesiones y las suspensiones tontas y evitables levantaban a los ojos de Guillermo y de todos, un muro que parecía infranqueable y que no dejaba ver el futuro con esperanza. La relevante victoria obtenida, y sobre todo las determinantes apariciones, reavivaron el fuego de la competencia por ocupar un lugar en el equipo. Ahora Guillermo tiene alternativas con las que no contaba hasta hoy, como Ale Silva, Martínez y sobre todo los pibes Astina y Valdez Chamorro, exhibiendo su potencial en la zona donde todo se define. Varias veces en lo que va del semestre los dos objetivos granates tambalearon. Uno, la Libertadores, milagrosamente sigue en pie gracias a la actuación determinante de Marchesín en Rancagua. El otro, el Torneo Final, se actualizó en la curiosa noche del Bajo Flores con la presentación de dos pimpollos de exportación, que como tantos otros, brotaron en los fondos de La Fortaleza.

Marcelo Calvente

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