Después de 120 minutos de un
fútbol avaro y sin demasiadas emociones, con victoria Argentina al cabo de una
serie de penales que resultó pan comido desde la primera ejecución fallida del
holandés Ron Vlaar, el equipo nacional consiguió el pase a la final del Mundial
de Fútbol de Brasil 2014, instancia que volverá a jugar tras 24 años, desde
Italia 90, con el mismo adversario que lo derrotó entonces. En el balance del
tedioso partido disputado en San Pablo entre Holanda y Argentina, muy táctico
pero sin emociones, quedan cuatro situaciones de gol en favor de
Argentina, dos de Higuaín; una muy clara de Palacio y la última malograda por
Maxi Rodríguez luego de un desborde de Messi, y casi nada para Holanda. La
justa clasificación a la instancia final llegó porque Chiquito Romero contuvo
dos penales, y Messi, Garay, Agüero y Maxi Rodríguez convirtieron cada uno el
suyo, y el interminable festejo se extendió a lo largo y a lo ancho de la Argentina.
Pelé, dando la vuelta en México 70, a los 30 años |
Invirtiendo los roles habituales
de cada uno Argentina salió a esperar, y luego de varios minutos de estudio, Holanda
no tuvo otra alternativa que tomar el protagonismo. Lo hizo temerosamente,
pisando sobre terreno poco seguro, ya que prefiere ceder espacios y luego
contraatacar con la velocidad de Robben y la precisión del resto. Por un rato
no hubo arcos, pero en seguida el equipo de Sabella demostró acomodarse mejor a
la circunstancia, y que últimamente resulta
muy difícil crearle situaciones de gol. A quince minutos de finalizar el tiempo
suplementario Holanda bajó los brazos. Argentina llegó al final al límite de
sus fuerzas, pero sumamente confiada en la victoria desde los doce pasos.
Mientras la historia lo tiene entre los ganadores, su rival carga con una enorme lista de fracasos que lo
viene acompañando desde que en Alemania 1974 sorprendió al mundo con el fútbol
de Cruyff y compañía, que inesperadamente cayó en la final ante el local,
iniciando un largo periplo de cuarenta años de frustraciones mundialistas, un
maleficio que perdura hasta hoy, luego de nueve ediciones en las que fue cuatro
veces semifinalista y tres de ellas subcampeón. Campeón, nunca.
Argentina había llegado al
mundial confiando en su poder ofensivo pero generando dudas respecto del nivel de sus defensores y de
la poca actividad previa de sus tres arqueros. Todo ocurrió al revés, sobre
todo después del ingreso de Demichelis y Biglia, Romero cumplió, y fue
creciendo la figura de Javier Mascherano, una especie de héroe nacional, como
Subín, pero en carne propia, el abanderado del esfuerzo y la convicción
ganadora que Argentina logró imponer en este Mundial desde su figura Si de
verdad todo el plantel se ha contagiado de Mascherano, el domingo no importará
el cansancio ni las ausencias, solo la sed de victoria.
Hace 24 años, el equipo de Bilardo
había llegado a la final de Italia 90 arrastrándose de cansancio, diezmado por
las lesiones y las suspensiones, se debatió con bravura ante el equipo de Beckenbauer.
Argentina había eliminado en semifinales al local en los penales, y se había colado
en la final de manera inesperada. A diez minutos del cierre, con el resultado
parcial en cero, Edgardo Codesal, en nombre de la entidad que hasta hoy, a los
63 años de edad, aún lo emplea, otorgó un penal que lo cubrirá de vergüenza
mientras viva. 24 años después, en Brasil, el equipo de Sabella ha recobrado aquel amor propio y la misma fiereza.
Diego Maradona con la Copa en 1986, en su 2º Mundial |
Para encontrar la última victoria
Argentina en una final mundialista hay que remontarse
a 1986, a
la epopeya de Diego Maradona en su mejor momento. Fue una tarde inolvidable ante
¡cuando no! Alemania, un recuerdo grabado a fuego en la memoria del pueblo
argentino. Fue el Mundial de la mano de Dios y del Barrilete Cósmico, y
Argentina uno de los mejores campeones de la historia. Después llegaron las
frustraciones. Y ahora es el tiempo de Messi, que ya jugó dos mundiales sin
poder imponer su categoría, y disputará su primera final. Para casi todos Alemania
es favorita, sobre todo después de la goleada ante Brasil que hizo olvidar que
no pudo vencer a Ghana, y lo mucho que le costó superar a EUU, Argelia y
Francia. La victoria sería su cuarta conquista, igual que Italia, una menos que
Brasil, lejos de Uruguay y Argentina que ganaron dos mundiales. Para ganarle a
Alemania, Argentina tiene que apretar las marcas, llevar las acciones a la línea
media y abastecer con juego corto a Messi, que hasta hoy apareció en
cuentagotas. Le alcanzó para confirmar que es el mejor futbolista de la
actualidad, pero para subirse al podio de Pelé y Maradona le falta ganar un
mundial de visitante y ser la figura excluyente del torneo. A Cruyff, Passarella,
Platiní, Rumenigge, Ronaldo, Zidane e Iniesta no les alcanzó. El domingo, Lionel
Messi la tiene servida.
Marcelo Calvente
marcelocalvente@gmail.com
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