Al final todo fue como debía ser.
San Lorenzo de Almagro se quedó con el Torneo Inicial al cabo de sostener el
cero en el Amalfitani, resultado al que se aferró con las pocas fuerzas que le
quedaron para entregar en la fecha de cierre, apostando a la esperanza débil
que el cero le otorgaba, salvavidas que dos veces estuvo a punto de naufragar
en los últimos instantes de cada escenario. Primero en Liniers, donde Allione,
en tiempo de descuento y con todo el arco de frente fusiló a Torrico, y el tiro
le dio al arquero en la mano izquierda. Y enseguida en Rosario, donde pese al 2 a 2 final, Lanús mereció
ganar y adquirir con esa victoria el derecho a definir con el equipo papal. Allí,
también en tiempo de descuento, Junior
Benítez, que había vuelto a mostrar destellos de su tremenda habilidad en
ofensiva, hizo una de más y trató de eludir al golero local cuando tenía tres
compañeros en el área chica, libres para recibir la sesión y definir el partido.
Benítez dejó en el camino a Guzmán pero la pelota se le fue larga. Seguramente ayer
aprendió una nueva lección, ya que Silva, Blanco y Pereyra Díaz todavía le
deben estar explicando que esto es por plata y que hay que dejarse de joder. Ojala
que termine pronto con el aprendizaje, y que logre moldear el carácter necesario
para el nivel en el que está jugando. Tiene virtudes que podrían llevarlo a
jugar donde él prefiera.
Junior, el 2014 puede ser el año de su consagración |
Pero estaba escrito, la fuerza
celestial terció en favor de San Lorenzo: En un partido de escasas llegadas
Vélez fue levente superior. A los 21’
del complemento el pibe Allione probaba la milagrosa resistencia del vertical
izquierdo de Torrico, no hubo mucho peligro. Solo el tiro del final otra vez de Allione. Finalmente fue empate en cero entre el que más puntos
había sumado en los tres últimos partidos, Vélez -había derrotado
consecutivamente a Central en Rosario, a Godoy Cruz en Liniers y a Colón en
Santa Fe- y el que llegaba puntero con dos unidades más que sus tres
perseguidores, el caballo del comisario, San Lorenzo de Tinelli, que en las
tres últimas apenas había cosechado un triunfo y dos empates –le había ganado
bien por 4 a
2 a
Belgrano en el Bajo Flores, y empatado en Rafaela 2 a 2, con gran actuación de la
dupla Piatti-árbitro Delfino; y con Estudiantes de local en cero y sin patear
al arco. En un partido chato y con pocas emociones, un nuevo empate en cero en
Liniers consagró a la visita, porque en Rosario la chapa final también fue
empate (2 a
2), aunque allí claramente Lanús mereció la victoria, pese a que regaló los dos
goles de su rival. A los 7’
del complemento, Pasquini, de buen partido, tuvo su minuto de terror en un tiro
de esquina a favor de Newell`s, en el que perdió insólitamente la marca de
Pablo Pérez, y enseguida pifió su intento de rechazar, con la mala suerte de
dejársela justa al mismo Pérez, que batió a Marchesín. Lanús lo empató en
seguida con un cabezazo de Goltz, en posición adelantada no señalada por el
línea. Enseguida, cuando menos lo merecía, Newell’s también recibió la
bendición, y un pelotazo de Maxi Rodríguez que se iba lejos rebotó en el pecho
de Izquierdoz y se convirtió en el segundo gol local. Iban 21’ del complemento, y el Grana
otra vez tenía que remarla.
Siete minutos después, atacando con
enorme decisión, Lanús volvió a empatarlo, en este caso por frentazo de Pereyra
Díaz tras una cesión muy precisa de Somoza. Durante los últimos 15 se observó un
claro dominio del equipo que tenía más desgaste encima, con una doble competencia
en la que no tuvo respiro, en la que tuvo que viajar, y en la que con la
malicia habitual de la casa madre del fútbol, lo hicieron jugar las últimas dos
fechas contra Gimnasia y Boca en medio de un calor infernal, con el agregado
que el arbitraje de Ceballos fue vergonzosamente parcial para el equipo
xeneize, ya que contó con la gracia divina de que al local le echaran dos
jugadores, toda una rareza en un encuentro de semejante trascendencia…
El Papa Francisco, hacedor de un campeón milagroso |
Sabíamos desde el comienzo que
había un caballo del comisario y que lo respaldaba un doble poder intimidante:
El de los medios, que maneja como nadie su nuevo dueño reelecto, y el
celestial, que viene soplando fuerte desde El Vaticano. El poder, cuando es
desmedido, tiene en su naturaleza un espíritu mafioso: No necesita avisar qué
es lo que quiere de un árbitro, ni a que hora se debe programar un determinado partido.
Con semejante respaldo, San Lorenzo se terminó quedando -con poco, con muy poco,
y de manera por demás anunciada- con un Torneo Inicial tan irregular como
apasionante, que por momentos lo pelearon siete u ocho equipos y que se definió
en la fecha final con un atractivo doble programa simultáneo. Eso sí,
programado en otro horario absurdo de calor insoportable…
Quedó bien claro que de los cuatro
que animaron la jornada final, el único equipo que quiso y debió ganar fue
Lanús, que generó no menos de ocho situaciones claras para convertir, que falló
demasiado en la puntada final, y que además de los dos goles propios, se marcó
uno en contra y el otro a medias. Y además, Lanús fue el único de los cuatro
finalistas que se mantuvo en competencia durante las dos últimas semanas, en
las que conquistó la Copa Sudamericana
de manera indiscutible, y sin embargo fue el que se exhibió más entero
físicamente, pese a que los otros tres habían descansado los últimos 15 días previos
a la fecha de cierre, postergada a pedido de Lanús con el aval del reglamento.
Finalmente el elenco del mellizo se
quedó con el subcampeonato por diferencia de gol, pero nadie duda que en el
semestre, principalmente por lo hecho en la segunda mitad, fue claramente el
mejor equipo argentino. Lo que se vio hoy por la tarde en los dos escenarios de
la definición no hace más que confirmarlo. Le tocó celebrar a San Lorenzo, que mañana
viajará a visitar a su hincha más famoso
y recibirá la bendición. Al regresar al trabajo, en enero de 2014, tendrá que
mejorar si quiere seguir ganando títulos, tanto como el resto de los equipos
argentinos. Que Dios lo ayude. Pronto comenzará a jugarse el primer semestre
del año del Mundial y no habrá más de dos posibles refuerzos por plantel. La
doble competencia será el Torneo Final y la preciada Copa Libertadores de
América, a la que finalmente Lanús accederá luego de eliminarse con el Caracas.
El Granate pudo hacer historia y ganar los dos torneos, estuvo ahí nomás, a un
gol del partido decisivo, y finalmente no se le dio. Pero de cara a lo que
viene no hay forma de no considerarlo, una vez más, como un gran candidato a animar
y hasta ganar una -o tal vez más- de las varias competencias que se le vienen.
Marcelo Calvente
Hay que agradecer Marcelo, otras veces quedamos eliminados de la copa y en el torneo pasamos desapercibido.
ResponderEliminarTodo lo que uno escribe, lo hace desde el agradecimiento, ya que he vivido parte de la otra historia del club. Abrazo, Bastian
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