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miércoles, 11 de marzo de 2015

El subsidio en cuestión



El sábado último se realizó una Asamblea en el club Lanús: Los socios más cercanos, los que están interesados de verdad en la marcha institucional tanto como en el andar del primer equipo, votaron un acuerdo al parecer muy ventajoso con un organismo del estado. Muchos de los socios que votaron, los más añosos, son los mismos que estuvieron en los años difíciles. Los  testigos del ocaso y la caída de Los Albañiles, los que alentaron al equipo contra Piraña! Todos los presentes votaron a favor porque la oferta es irrechazable, y lo hicieron sabiendo el motivo de tanta generosidad de parte del estado. Ingresarán más de nueve millones de pesos para llevar a cabo la idea original para lo cual el predio lindero a la ex Campomar fue adquirido: El Anexo Valentín Alsina del club Lanús, obra que desde 2012 hasta hoy estuvo paralizada, y que ahora con dinero ajeno se llevará a cabo. Tendrá una cancha de sintético reglamentaria, un gimnasio, vestuarios y demás dependencias, y los socios podrán usarlos a su antojo mientras el Sedronar funcione, aunque sea en una piecita en el fondo.

Lo concreto es que el gobierno, pensando en las próximas elecciones, ha decidido apuntarle a Lanús, un electorado que se le ha puesto difícil, y que más allá del resultado de las elecciones de diciembre, por entonces el pago del subsidio estará cumplido y las obras en marcha. ¡Cuanta generosidad! En la recta final por la intendencia del distrito, cuando en pocos meses simultáneamente también estará en juego la tenencia del bastón presidencial, le aprueba un subsidio millonario al club a través de uno de sus precandidatos y a espaldas del intendente, también precandidato del partido gobernante, que como el resto de los postulantes sufre el golpe de campaña de un adversario directo, gracias al otorgamiento de una suma de las grandes, dinero proveniente del peculio del Estado.   

Ya no es secreto para nadie que Alejandro Maron, de manera inconsulta, planificada y caprichosa, sujetó al club a una corriente política. La elocuencia conque se dejó ver lo que antes de su asunción se negaba, el quiebre tácito del orden institucional de manera unilateral por parte suya y de su círculo áulico, y la imperdonable Fiesta del Centenario que alevosamente transformaron en un acto propagandístico de la figura del presidente, pusieron algo de claridad sobre los costos de haber metido al club en la arena del pensamiento nacional. El dinero que los socios aprobaron por unanimidad viene en parte a reparar ese daño. Las posibles dificultades futuras de la convivencia de Lanús y Cedronar, o lo que se les ocurra hacer ahí a los muchachos de La Cámpora, es una incógnita preocupante. Pero lo de ayer supera todos los límites: en las instalaciones del Polideportivo del club, con la presencia del presidente granate, ante un nutrido grupo de militantes llegados en cuatro micros, la mamá de Marita Verón, Susana Trimarco, conmemoró el Día de la Mujer augurando que el secretario de Justicia de la Nación, Julián Álvarez, quien organizó el acto, será el futuro intendente del distrito Todo esto sucede a la vista de una vecindad sorprendida y disgustada por esta situación extraña, de una relevancia que nunca imaginaron, y con la sospecha de que cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía. 

El predio de Alsina, hasta hoy abandonado
Fue muy difícil en 2012 anunciar el acuerdo en ciernes que algunos conocíamos con certeza. Alejandro era un gran dirigente, bien considerado por la totalidad de los socios, con una muy buena imagen en la AFA y con una vasta experiencia de dos mandatos como presidente, que regresaba para ponerse al frente de la unidad política que estaba en plena vigencia. Por entonces, en el club nada era secreto, todo se discutía, los ex dirigentes más respetados eran consultados, todas las agrupaciones aportaban sus hombres y mujeres en un clima de trabajo pleno de concordia y sacrificio por el bien del club. Sin embargo, muchos desconocían que su retorno desbordaba de rencor y afán divisionista, algo que era más que evidente para cualquier observador cercano. No hubo que esperar mucho para comprender la dimensión del problema.

Desde el primer día de mandato hasta hoy, la unidad fue una parodia de tal. Y la manera  de conducirse, la ofensa y el consabido disgusto de cada día para la mayoría del resto de los dirigentes. Las consecuencias del individualismo, de las decisiones apresuradas, de la falta de discusión, del club al borde de un ataque de nervios, empiezan a estar a la vista y los problemas a salir a la luz. El hombre armado al borde del terreno de juego en Lanús - Arsenal, y la insólita e injusta interpelación al periodista de Olé, Leandro Contento, granate de nacimiento, que esa noche tuvo la poco feliz idea de alertar al presidente sobre el escándalo que se venía. Agresiones a supuestos hinchas rivales en la platea oficial, golpes a periodistas afamados en un playón de estacionamiento carente de una mínima seguridad, falta de comunicación sobre las cuestiones relevantes, de todo un poco. La Fiesta del Centenario fue la gota que colmó el vaso. El nerviosismo también se trasladó al plantel, y el reciente conflicto con Santiago Silva es sólo una muestra de ello. El manejo del fútbol profesional no es cosa de abordar al descuido. No se discuten las ventas efectuadas porque no hay otra manera de subsistir, pero en el rubro contrataciones se volvió a fallar como hace mucho no sucedía. Fácil no es. No siempre se acierta, pero cuando las incorporaciones no están a la altura y se debilita la relación entre los futbolistas y el cuerpo técnico, el resultado pronto repercute en la tesorería tanto como  en el terreno de juego. En lo que va de torneo Lanús jugó cuatro partidos, y pese a mantenerse invicto, con tres empates y una victoria, la imagen dejada por el equipo es de las peores de los últimos tiempos. Los socios hacinados bajo el sol de verano en la platea Esquiú sin una gota de agua durante los partidos, otra perlita de las tantas.

El Club Atlético Lanús renovará autoridades en diciembre: no estará en juego si tal o cual nombre, si no la conformación de una nueva conducción integrada por hombres y mujeres que garanticen la recuperación del orden institucional perdido. Sabemos a donde condujo el personalismo y el desconocimiento de la voluntad popular. Y es cuestión de los socios, con las agrupaciones que invariablemente participaron de la política interna, los mismos que el sábado dieron su voto unánime y aceptaron el subsidio para fortalecer el patrimonio del club, ejercer con igual empeño la defensa de la unidad política, la madre de todas nuestras alegrías, y la única receta viable para no volver a apartarse del camino correcto.

Marcelo Calvente



2 comentarios:

  1. Es raro el comentario estimado Marcelo y mas viniendo de un hombre que desde muy joven abrazo la militancia política partidaria . Es sugestivo que te metas en una interna político partidaria del FPV . Mas raro suena no saber que cualquier dirigente de cualquier organización social ,llámese club de futbol o sociedad de fomento viven de la negociación política para poder crecer y desarrollarse y si no decime vos como EL CLUB LANUS consiguió los terrenos que hoy son nuestro querido polideportivo , decime si me equivoco, los terrenos no se los expropio a (FFAA) Ferrocarriles Argentinos por una ley que Presento el extinto ex Presidente de Lanús Lorenzo Dangelo , quien en aquellos tiempos fuera Diputado Nacional. No quiero extenderme mucho mas , pero creo que estas utilizando un espacio periodístico partidario para meterte de lleno en la política partidaria del distrito utilizando un medio (de comunicación) que no corresponde. Con el afecto de siempre .Ramón Chaves.

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    1. Ramón: Es cierto que todos los terrenos que conforman el poli fueron entregados progresivamente a lo largo de los años por el estado de manera gratuita y definitiva para el club. La primer diferencia es que en todos esos casos, la entidad se sirvió del estado para brindar servicio a los socios y a los habitantes del distrito. Las diferencias son muchas y saltan a la vista. Tanto hemos crecido, que ahora un candidato, con el aval del gobierno y los recursos del estado, se sirve del club para su benedicio personal, cosa que ocurre porque al presidente se le canta. Las demás diferencias son más elocuentes aún, pero estoy acostumbrado a las críticas que se hacen desde la pertenencia partidaria y no como me gustaría, desde la pertenencia al club. En este caso, tanto como la polarización entre los argentinos por ideologias que no se diferencian en nada, no vale la pena discutir. Te mando un abrazo

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